«El caso Víctor Jara enseña que la verdad, incluso 40 años después, gana a la impunidad»
Paco Etxeberria, primo de la saga de periodistas Gabilondo, tiene su titular para la historia de Jara: ‘La vida es eterna en cinco minutos’, verso de ‘Te recuerdo Amanda’. «Cinco minutos, en el éxito o en el fracaso, pueden resultar eternos. Los cinco minutos que bastaron para asesinar a Víctor Jara. En el dolor, en el amor, cinco minutos se hacen eternos», concluye.«Yo titularía esta historia ‘la vida es eterna en cinco minutos’»
Su tarea es trabajar entre huesos, pero el escenario impresiona al visitante no familiarizado. Francisco Etxeberria nos recibe en el laboratorio de las estancias donostiarras de la facultad de Medicina. Hay restos óseos recuperados de fosas de la guerra civil española, sobre los que se están investigando en este momento. Etxeberria enseña el lápiz encontrado en el bolsillo de un republicano muerto en el conflicto, que resulta más emocionante que los cráneos o el casco de bala que terminó con su vida. «El arma de este hombre era simplemente eso, un lápiz», dice el forense.
«La experiencia chilena ha alumbrado una forma de trabajar que vendría bien en España y que habría evitado desatinos como lo sucedido en el caso Bretón», explica el forense. «Allí se realizan unos ‘informes periciales integrados’ en los que participan conjuntamente los especialistas en las diferentes áreas, lo que permite un contraste de opiniones y da más luz al proceso investigador de los jueces».
El ejemplo chileno
Todo el mundo le llama Paco. Y Paco está entusiasmado por el modo en que Chile se está enfrentando a su pasado. «Buscan la verdad, la verdad está aflorando y no hay catástrofes», dice este médico admirador de un país «que fue una democracia avanzada y en apenas unos días fue víctima del terror de la dictadura, con mecanismos de tortura instalados a lo largo de todo el país en poco tiempo».
Etxeberria se queda con dos fotos como símbolos del nuevo Chile: la imagen de la hija de Allende con los restos de su padre y la presidenta Bachelet, por un lado, y la viuda de Jara, también con la presidenta del país, en el funeral por el músico en medio de la solidaridad de miles de ciudadanos.
Y destaca también la labor de «un gran profesional como Patricio Bustos, director del Servicio de Medicina Legal de Santiago, víctima en su momento de las torturas, exiliado luego en Italia e incansable trabajador hoy en la recuperación de la verdad».
«Hay un museo de la memoria y los derechos humanos en Santiago de Chile que es también ejemplo», añade este hombre que pronto volverá a territorio chileno para completar una nueva investigación y prepara también otra tarea en Colombia, donde ya ha colaborado en distintos procesos.
¿Le da tiempo a todo? «Sí», responde el forense, también profesor en la UPV y presidente de la sociedad de ciencias Aranzadi, que al despedirse, y al hilo de su investigación chilena, recuerda con humor una cita de Miguel de Unamuno. «El escritor decía que las tres grandes aportaciones de los vascos a la civilización fueron: 1, demostrar de manera práctica la esfericidad de la Tierra gracias a Juan Sebastián Elcano; 2, crear la Compañía de Jesús, gracias a San Ignacio de Loyola, y 3, crear la república independiente de Chile».
05.01.13 M. EZQUIAGA | SAN SEBASTIÁN.