La implantación del billete único entre Dbus, Lurraldebus y Euskotren está siendo un desastre. Los problemas de funcionamiento se acumulan y sorprenden a la ciudadanía en Donostia. Desde el pasado lunes en el que entró en vigor, el apartado de quejas y sugerencias de la web del Ayuntamiento recibe una media de treinta quejas diarias, a las que habría que añadir algunas de las que se han presentado en el Registro Municipal.
La mayoría son de aquellos colectivos considerados más débiles, caso de los mayores de 65 años, les corresponda o no recibir la subvención máxima en función de sus ingresos, o los perceptores del salario social. Otra queja frecuente es que hay usuarios que pidieron su txartela Mugi hace tres semanas, todavía no la han recibidon y deben pagar 1,60 euros cada vez que se montan en el autobús donostiarra.
Hay numerosos estancos o quioscos que hasta ahora expedían y recargaban la tarjeta y que no lo harán más, porque están colapsados por un mínimo margen de beneficio.
Mala información, deficiente atención al público y caos en el proceso de solicitud y obtención de las nuevas tarjetas.
Recordarán nuestros convecinos de Aiete que hace años -campaña de seguridad vial en Aiete (años 2004/2005)- apostamos por el billete único, pero lo condicionamos a que supusiera una mejor atención a la ciudadanía y que se pudieran utilizar con el billete de Dbus, el autobús de Garayar. Y ahora las cosas se están haciendo mal.
Tarjetas bloqueadas porque falta un papel o porque no respondieron a una de las cartas que se les envió. Comunicaciones a domicilio confusas. Problemas para cargar Mugi y la Lurraldebus en Kutxa hasta el próximo lunes 18, con todas esas historias increíbles, por chapuceras, de la ¿nueva? Kutxabank.