El teatro es un conjunto arquitectónico de una potencia extrema.
La escala desmesurada del propio teatro responde más a las necesidades morfológicas de la topografía que a un programa de usos En otras palabras, es un muro de contención pensado como mirador placentero de una reserva imponente de agua que en su día se descartó).
Todo es excesivo en el anfiteatro, el aforo, la pendiente, el graderío. Nunca se podrá llenar semjante mole, al contrarío, se mostraría inevitablemente vacío, produciéndose un efecto de desolación que desanima la apropiación por parte de los ciudadanos. Cualquier evento cultural programado en tal escenario sería un fracaso de público. Sería deseable una actuación que hiciera que los usuarios o el público se sintieran más arropados.
En el entorno del teatro, la vegetación plantada junto con la excesiva materialidad del graderío, acentúa el dramatismo del conjunto imposibilitando toda vinculación de la pieza con el bosque.
A lo largo de los años se han planteado diversas propuestas.
Esta web está para eso, para poderlas plantear, estamos a tiempo.
A lo se plantea como desmesura, se le puede añadir el impacto visual desde cualquier punto en el que los graderíos estén al alcance de la vista.
Una solución sería taparlos porque es evidente que ese anfiteatro no tiene función alguna. Tapar, selectivamente, algunas gradas con tierra que permita crecer la hierva en esas zonas: El anfiteatro dejaría de ser un mastodonte, quedaría abarcable para la vista y para diversos usos
Creo muy importante para el barrio que no dejemos desaparecer este espacio, acondicionarlo quizas en una escala mas adecuada seria lo mas importante, es un lugar donde podriamos desarrollar muchas de nuestras actividades tanto musicales como de otra indole si estuviera en condiciones este espacio nos costo un dinero no lo desaprovechemos
Ha llegado el momento de dar ideas. Hasta hoy -y el anfiteatro está ahí desde el año 2000- se ha hecho un anuncio de coches y algún ensayo de grupo de colegio cercano y, mientras tanto, se han destrozado las luminarias, se destrozó la fuente, ha habido que llenar de tierra el estanque y aquello quedó es un paisaje desosalo y demoledor (y menos mal que se disuadió la presencia del botellón, toquemos madera).
Ahora tenemos la oportunidad de recuperar un anfiteatro al «tamaño de Katxola», tanto en su aspecto físico, como cultural…Primero pues reducir el impacto visual y de aparato, segundo ver qué actividades se pueden hacer a ese tamaño (no hay vestuarios, no hay evacuatorios, la conexión eléctrica es muy delicada).
¿Y si Donostia Kultura incluyera este graderío, reducido y habitable, en su programación al aire libre, como son las actividades de «teatro de calle», «txotxongillos», alguna cosa de la «quincena musical»…todas estas actividades en relación con Katxola?
En definitiva, que algo que aparentemente estaba estudiado, no lo está, y somos los de siempre los que tenemos que pagar, aparte de pagar, trabajar más. Por que lo que digo yo, si está tan justificado que se cobre las basuras por el agua que se consume, se tendría que tener mucho más claro este tema, esto tendría que haber salido en el estudio de justicia ese que se supone en el que se basa la nueva manera de cobrar las basuras. En definitiva, todos, sean del color que sean, lo único que saben es sablear, con el agua se penaliza el hecho de no dar la lectura, osea que se pasa de una opción como es en la luz, o el gas, de que no te cobren estimando consumos de años anteriores, a directamente una penalización, que además no se recupera, y ahora se dan cuenta de que esto a pesar de estar mal hecho, lo multiplicamos con las basuras, si claro, en vez de arreglar algo, lo descojonamos más. De guatemala a guatepeor.
Me refiero a este de Lopezena. Su sitio está en otra entrada: la de agua y basuras. Es un problema «estructural» de esta web. La participación en ella resulta muy fácil pero ¿No se puede resolver este problema? Parece conveniente si se quiere contar con la opinión de usuarios y vecindad.
Nos ayudaría a pensar sobre estos imponentes graderíos si somos capaces de imaginar un ciucuito cultural en el Bosque. Centro el caserío Katxola -y la animosa asociación que le sustenta-, Basque Culinary Center y su huerto de especies exóticas con la colaboración voluntaria de la gente, Kutxaespacio, EiTB, Orquesta Soinfónica de Euskadi. Este circuito cultural, es además físico y termina abriéndose hacia Amara y otros barrios de San Sebastián.
Lo correcto es que Donostia Kultura lo integrara en sus proyectos.
Lantxabe quizás pueda ponerse a trabajar en esta dirección y contará, además, con nuevos apoyos.
María Luisa
El comentario anterior ayuda a pensar en un anfiteatro con un escala adaptada a proyectos como este del circuito cultural