En abril hará dos años de la celebración de aquellas asambleas de vecinos de Aiete en las que se debatieron y aprobaron las características de la nueva plaza de Munto.
El pasado diciembre culminaron las obras del primer tramo del proyecto: el que se refiere, groso modo, al suelo de la plaza, escenario, colocación de la toka, bancos, iluminación, plantación de manzanos, caminos…
Con esta actuación se gastaron los 120.000 euros presupuestados.
El gobierno municipal ha incluido en los presupuestos del 2016 una partida de 65.000 euros para finalizar la plaza.
El proyecto ha salido a concurso y, cerrado el plazo, a finales de esta mes se decide la empresa constructora; tras un plazo de dos semanas para posibles alegaciones, las obras se reinician en el plazo de esas dos o tres semanas.
Es una obra de rehabilitación, consolidación y embellecimiento de los muros, y bodega y de un particular recuerdo histórico, artístico y monumental del caserío y de Aiete.
En esta segunda fase se añadirán a la plaza aquellos ornamentos que se propusieron y acordaron en aquel intenso proceso participativo, recuerden, concurso de ideas, exposiciones en Katxola y Centro Cultural, asambleas de vecinos informativas y decisorias.
En esta tarea, y sobre estas decisiones, estamos en colaboración de Donostia Kultura, Dirección de Mantenimiento Urbano y, probablemente, el museo de San Telmo
ESCENARIO
Los decoración barajada en el concurso de ideas iba desde una maqueta del caserío, hasta la placa con un plano de los antiguos baserris de Aiete. Se habló también de engalanar la bodega -ahora abierta- con alguno de los restos etnográficos del caserío que se guardan en un almacén municipal y de incluir una señalética particular en la plaza, que nos situara el barrio de Aiete, presentando una panorámica del barrio.
SEÑAS DE IDENTIDAD
Hace casi cuatro años, cuando Munto hubo de ser demolido, la prensa tituló “con la desaparición del caserío Aiete se queda sin señas de identidad”. No ha sido así. El recuerdo de Munto y el protagonismo de la vecindad, están en esta plaza que ahora debemos cuidar en auzolan, trabajo voluntario, en tarea de barrio, como ya estamos haciendo en el caserío Katxola.