Para los no iniciados en el mundo “txotx” una buena opción es pasarse por el caserío Katxola, el Museo local de la Sidrería Vasca, fusión del viejo baserri Munto y del barroko Katxola.
Un pequeño pero intenso recinto en el que, con un simple golpe de vista, es suficiente para acercarse a la historia de la sidra, su elaboración, costumbres… etc., y la mejor ocasión para aprender en una cata-txotx todo lo que se tiene que saber sobre la degustación de la sidra artesana, con los protagonistas enseñando y disfrutando del caserío y de la sidra.
Antes de entrar al caserío, un paseo al aire libre por el anfiteatro, el frontón, el estanque, el Bosque de Miramón completan una tarde en unión con la naturaleza.
El espacio Katxola, en poco tiempo, se le asociará en nuestra ciudad con la cultura popular de la manzana, a tan sólo diez minutos del centro, en un entorno idílico, tenemos la gran oportunidad de introducir Katxola en la temporada de Txotx o lo que es lo mismo, los valores de la cultura de la sidra: diversión, amistad, naturaleza, sencillez, comunidad…
Muchos de los invitados verán el cierra del circuito de la sidra que han visto empezar: del árbol al suelo, la kizkitza, el medio de trasporte (fiesta de la recogida en Kutxa Ekogune, Zabalegi), de los cestos a la matxaka en Katxola, de la matxaka al tolare, prensado y ver fluir el mosto por los raíles del tolare a la boca de salida hacia la tina, justo debajo y de la tina a la kupela.
Y el próximo sábado 27, de la kupela al vaso, cerrando el ciclo, de una bebida, la sidra, fabricada en Auzolan por la vecindad de Aiete, como se hacía hace 100 años
Amable lectora, querido lector, estáis invitados
Después, habrá que esperar a las Aieteko Jaiak, para beber la sidra de la botella.