La senda iniciada por Hansel Cereza de achacar desapego o ignorancia a la gente donostiarra parece que ha hecho escuela.
Pues bien, al contrario, son los gestores de la Capitalidad los que tienen que estar a la altura de un reto en el que la ciudadanía de San Sebastián ha puesto mucha ilusión y muchas ganas
Hay ganas de reconciliarse con ellos, pero también estrictas y respetuosas dudas sobre la capacidad crítica y autocrítica de la dirección, gobierno y administración de DSS2016
Más sobre las dudas de la capacidad de los gestores de la Capitalidad:
Continua el mamotreto instalado sobre la fuente de la plaza Bilbao. Y es que somos capitalidad cultural y montamos escenarios sobre fuentes, para que todos bebamos cultura, a poder ser patrocinada. Vemos las barbas de Puppy agrandar y sacamos las nuestras a pasear, en festivales con nombres hippies y “buen rollistas”, estratégicamente colocados en medio de invasiones turísticas. Calentamos en el microondas los titulares precocinados de “el festival fue un éxito”, “la ciudadanía se reconcilia con la capitalidad”. Pero despierto y sobre la fuente continúa el esperpento. Y sobre él un cartel que desviste al rey, unas líneas que dan fe de que la cultura lleva correa, de que aquí se dispara entre las cejas a cualquier atisbo de artística espontaneidad: “prohibido subirse al escenario”.