Arrancamos de Erramunene, del antiguo solar del caserío, hoy recordado por la calle que lleva su nombre, atravesamos jardines de avellanos, recorrimos, por senderos y caminos bien trazados, las tres vaguadas por las que serpentean las errekas de Bosque; subimos y bajamos laderas de acusadas pendientes… Pero pasear por el bosque de Miramón en esta primavera y encontrarse con los robles de Errotatxo, es una experiencia que puede llegar a hacer perder el sentido. Incluido el de la orientación sino fuera porque nuestro guía es un Basajaun del Bosque.
Sólo viviendo la entrega a ese lugar dónde la naturaleza estalla por todos los costados se puede sentir la necesidad de abrazar el árbol, el gigantesco roble,
Conmociona, atrapa, su belleza, su embergadura, su propio simbolismo: Gernikako Arbola/da bedeinkatua/euskaldunen artean/ guztiz maitatua…Y se abrazaron a él
El abrazo es testimonio de amor al roble como seña de fuerza y de belleza y como manifestación de defensa indómita del Bosque