“La última cena”, “La virgen del clavel”, “Madona Benois”, “Madonna Litta”, la obra del pintor renacentista italiano, Leonardo da Vinci, es objeto preferente en los viajes de Lantxabe
El 5 de julio de 2013 los viajeros disfrutaron con la selectiva visión de “La última cena” de Leonardo da Vinci. Es una pintura mural ejecutada entre 1495 y 1497 y se encuentra en la pared sobre la que se pintó originariamente, en el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie en Milán (Italia). Allí estuvimos, de 15 en 15, nosotros organizados también, luego nos desplegamos por la bellísima capital de la Lombardía.
http://www.aiete.net/2013/03/el-5-de-julio-los-viajeros-visitaran-la-ultima-cena-de-leonardo-da-vinci/
El pasado año, a día 4 de julio, visitamos la Alte Pinakothek de Múnich, (Alemania)
Nos costó encontrar la sala, lugar en el que se exponía La Virgen del clavel obra de Leonardo realizada hacia 1470. Es una pintura al óleo sobre tabla que mide 62 cm de alto y 47,5 cm de ancho.
Esta obra se ha identificado con la Virgen del jarro como propiedad del papa Clemente VII, sobrino de Lorenzo el Magnífico, en la que se representa un jarro con algunas flores dentro, en el que, aparte de su maravilloso realismo, había imitado las gotas de agua sobre el cristal del tal modo que parecían más reales que la propia realidad.
12 de julio de este año los viajeros de Lantxabe tienen intención de visitar el
Museo del Hermitage en San Petersburgo, Rusia
Allí se encontrarán con Madona Benois, pintada por da Vinci entre 1478-82
Esta Virgen con el Niño y flores, conocida como Madona Benois, es un cuadro del pintor renacentista italiano Leonardo da Vinci. Está realizado al óleo sobre tabla transportado a tela. Mide 48 cm. de alto y 31 cm. de ancho.
Puede ser una de las dos Vírgenes con Niño que Leonardo da Vinci comenzó en octubre de 1478, como él mismo señaló. La otra sería la Virgen del clavel que vimos en Múnich.
Recibió el nombre de Madona Benois por la familia que poseía esta obra.
La pintura representa a María y a su hijo en un juego de miradas que resulta muy natural y que no puede encontrarse en ninguna pintura italiana de la época. En particular resultaban novedosos, la expresión de la Virgen y su rostro en forma de triángulo invertido. Es una madre con su hijo en momentos privados, reflejando una preciosa emoción entre ellos, a través de las miradas y los suaves ademanes de las manos.
Leonardo alcanzó esta calidad por medio de estudios de la naturaleza y produjo varias pinturas, esbozos y un número muy grande de dibujos sobre este tema.
Las dos figuras, de la Madre y el Hijo, están dispuestas de forma oblicua y contrapuesta, pero unidas entre sí en el centro de la composición por una flor con la que los dos juegan. Según algunos, los cuatro pétalos serían una alegoría de la futura crucifixión. Una ventana rompe el fondo.
La imagen de María, sin dientes, puede explicarse por el estado inacabado del trabajo, como muchas otras pinturas de Leonardo.
En el Hermitage tendremos también la opotunidad de disgrutar con la mirada sobre la Madonna Litta, pintura atribuida por muchos investigadores a Leonardo da Vinci. Se ejecutó al temple sobre tabla, habiéndose transferido a tela. Mide 42 cm. de alto y 33 cm. de ancho.
Se trata de la Virgen con el Niño Jesus. Leonardo debió pintar esta Virgen para los Visconti, en los años 1480, estando en Milán.
Se trata de una Virgen de la Leche, en la que aparece María dando el pecho a su Hijo. Ella se encuentra de perfil, con el pelo recogido en un velo de gasa y pedrería. Viste un manto azul en armonía con el color del cielo que se ve a través de las ventanas simétricas del fondo. Esta utilización del color azul pone en evidencia una función simbólica: la Virgen como mediadora entre el cielo y la tierra.
El Niño sostiene en su mano izquierda un pequeño pájaro. Con la otra cubre el pecho de su madre.