Quizás la asociación de vecinos de Aiete debiera cambiar su logo, un trébol, por una manzana. No lo haremos porque el trébol simboliza nuestro mágico origen, pero la manzana es nuestra compañera, nuestro Leitmotiv. Como sucede ahora mismo en la plaza de Munto: los jóvenes malus domestica recién plantados ya han empezado a dar hermosas manzanas.
Esta deliciosa fruta además de atesorar mil y una propiedades, ha tenido una especial para Lantxabe: la de agrupar en torno al caserío Katxola a cientos de personas -miles quizás- implicadas en el mundo de la cultura, del euskera, de la sidra, de la fiesta, del recuerdo, del homenaje, de la creación, del auzolan, de la reproducción, del sabor…
Y hoy la vemos florecer, espléndida, en nuestra plaza de Munto
Así, bebiendo cada palabra, cada verso, queremos reproducir el poema de Pablo Neruda titulado
Oda a la Manzana
A ti, manzana,
quiero
celebrarte
llenándome
con tu nombre
la boca,
comiéndote.
Siempre
eres nueva como nada
o nadie,
siempre
recién caída
del Paraíso:
plena
y pura
mejilla arrebolada
de la aurora!
Qué difíciles
son
comparados
contigo
los frutos de la tierra,
las celulares uvas,
los mangos
tenebrosos,
las huesudas
ciruelas, los higos
submarinos:
tú eres pomada pura,
pan fragante,
queso
de la vegetación.
Cuando mordemos
tu redonda inocencia
volvemos
por un instante
a ser
también recién creadas criaturas:
aún tenemos algo de manzana.
Yo quiero
una abundancia
total, la multiplicación
de tu familia,
quiero
una ciudad,
una república,
un río Mississipi
de manzanas,
y en sus orillas
quiero ver
a toda
la población
del mundo
unida, reunida,
en el acto más simple de la tierra:
mordiendo una manzana.