La gente de Aiete (Lantxabe) anduvo por la capital de Estonia hace aproximadamente un mes, el 10 de julio. Ese día, hacia media mañana, llovía a mansalva.
El guía de Tallin, algo altivo, nos explicaba que Taani-linn significa «ciudad danesa» término que se justifica por la construcción por los daneses de una fortaleza en la colina de Toompea (segunda parte de la visita guiada a la ciudad)
Y puso especial énfasis en que «A finales de la década de 1980 se inició en Tallin el movimiento de independencia y el acto catalizador del independentismo fue el festival de la canción. En él se interpretan canciones típicas en idioma estonio. Estos festivales adquirieron durante estos años un gran significado político». Y a su escenario nos llevó como primera visita
Nos dijo que «En el de 1988 llegaron a concentrar a 300.000 personas y en de 1990 en torno a 500.000. Estos actos dieron lugar a la llamada revolución cantada que concluyó con la independencia de las repúblicas bálticas». (De este asunto nos habló también Sergio Pedrouso en su conferencia preparatoria celebrada en el centro cultural de Aiete)
Estonia se independizó de la Unión Soviética el 20 de agosto de 1991
La ciudad antigua de Tallin fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.
Tras el anfiteatro de la revolución cantada el guía nos llevó a la «Colina de la Catedral» (Toompea), la ciudad alta, donde se situaba la autoridad central, primero de los obispos, luego de la Orden, y de la nobleza Báltica; hoy es sede del gobierno estonio
La parte alta del casco antiguo esta claramente delimitada de la parte baja, de hecho hasta el siglo XVII sólo poseía una entrada. Sobre la colina se ubican, entre otros ilustres edificios, el parlamento, la catedral de Alexander Nevski y la iglesia de la cúpula (Toomkirik) de los siglos XV y XVII, que da su nombre a la colina.
La Catedral de Alexander Nevski es una iglesia ortodoxa. Fue construida a partir de un diseño de Mijail Preobrazhensky en un típico estilo renacentista ruso, entre 1894 y 1900, durante el período en que el país formaba parte del Imperio ruso. Está dedicada a San Alejandro Nevski, que en 1242 ganó la batalla del Lago Peipus, en las aguas territoriales de la actual Estonia.
El parlamento de Estonia (Riigikogu), se ubica en el castillo de Toompea. Sus orígenes se encuentran en la primitiva fortaleza danesa de 1219 de la que ya poco queda, sí se conservan tres torres de un castillo posterior construido entre 1227 y 1229. La torre más famosa del complejo es la Pikk Hermann levantada en 1371 en la que ondea permanentemente la bandera nacional estonia. La fachada construida en el siglo XVIII es barroca y posee un característico tono rosado.
La Ciudad Baja es la antigua ciudad hanseática, la «ciudad de los ciudadanos» de vital importancia en todas las regiones de las costas bañadas por el Báltico. Esta parte de la ciudad no estuvo administrativamente unida a Toompea hasta finales del siglo XIX. Fue centro del comercio medieval de la sal, gracias al cual prosperó y creció económicamente.
En la bajada a la ciudad baja nos atropelló la tromba de agua (foto)
La Ciudad Baja conserva las características de una auténtica ciudad medieval con antiguas casas de comerciantes y almacenes. La estructura urbana se compone de múltiples callejas adoquinadas que confluyen en la Raekoja Platz (Plaza del Ayuntamiento), que se encuentra situada en el centro del conjunto y cuyos orígenes hay que buscar en el mercado medieval que allí se establecía. En la plaza destaca el ayuntamiento con su torre de 64 metros de altura que remata desde 1530 en una veleta que representa a un viejo guerrero que se ha convertido en el símbolo de la ciudad, el Vana Toomas. El edificio construido con piedra caliza gris entre 1371 y 1404 es de estilo gótico tardío. En su fachada destacan dos coloridas gárgolas en forma de dragón que datan del siglo XVII.
De las dos caía el agua en diluvio.
La calle Pikk (larga) atraviesa la ciudad antigua al este de la plaza del ayuntamiento, en su recorrido se encuentra las antiguas casas de los comerciantes alemanes, los edificios más antiguos datan del siglo XV y suelen tener tres o cuatro plantas.
Pasaje de Katariina.
Además en esta zona se pueden encontrar los edificios de los antiguos gremios alemanes. Destacan el Gran Gremio, que actualmente alberga el museo estatal de historia, este era el gremio de los comerciantes más importantes. El edificio es una construcción del año 1410. Otro gremio importante era el de los artesanos que ocupaban el edificio del Salón Gremial de San Canuto, del año 1860, del que cabe destacar dos esculturas negras de Lutero y san Canuto ubicadas en la fachada.
Otros edificios de importancia son los que ocupaban la hermandad de los cabezas negras. Este gremio estaba integrado por los jóvenes comerciantes solteros y su nombre se debe a que la hermandad estaba dedicada al santo africano Mauricio, del cual existe en la fachada un relieve, año 1597. Pero lo más importante del edificio son sus puertas de estilo renacentista.
En esta calle se encuentra también la iglesia del Espíritu Santo, el edificio del siglo XIII es de estilo gótico y bate algunos récords como el de poseer la torre más antigua de Estonia (1433) o el reloj más antiguo de Tallin (1684). En su interior destaca el retablo del altar mayor fechado en el año 1438 y el púlpito barroco creado en el siglo XVII.
De las 46 torres que llegaron a situarse a lo largo de la muralla que rodea la parte baja de Vanalinn quedan 26 y 1,85 kilómetros de muralla, su altura varía entre 13 y 16 metros y su espesor entre 3 y 2.48 De las seis puertas destacan en el norte la puerta de la playa en la que antaño rompían las olas en épocas de temporal. Está unida a un bastión del siglo XVI popularmente conocida como Margarita la Gorda (Paks Margareeta) que actualmente alberga el museo marítimo. La puerta sur se llama Kiek in de Kök nombre de origen alemán que viene a significar vistazo a la cocina, esta es la denominación que se le solían dar a las torres ubicadas muy cerca de la población que defendía. Su construcción data de 1475. Su altura es de 38 metros y sus muros llegan a los 4 metros de espesor. Aún se conservan las huellas de los cañonazos que sus muros recibieron durante la Guerra de Livonia. Actualmente existe en su interior un museo de historia de la capital.
Parques
La ciudad antigua se encuentra rodeada por un pequeño cinturón verde que antaño era un foso de defensa, del cual aún hay algunos restos. Al norte cerca de la puerta de Margarita la Gorda el monumento llamado la línea rota recuerda a los fallecidos en el hundimiento del ferry Estonia acaecido el 28 de septiembre de 1994. Al sur en el Hirvepark se ha erigido otro monumento, este en recuerdo de los estonios deportados durante la Segunda Guerra Mundial.
El parque de Kadriorg con 100 hectáreas posee un frondoso arbolado en el que abundan los castaños y los robles, su creador fue el italiano Niccolo Michetti y en él se halla el ya mencionado palacio, del mismo nombre.
A las visitas les llama la atención el dominio de las lenguas por parte de la población estona. Los tallineses saben además del estonio, al menos otro idioma como segunda lengua, observamos que los jóvenes se manejan en inglés y también hay un significativo porcentaje de finés y alemán. (El ruso lo hablan pero sólo cuando resulta imprescindible)
El estonio pertenece al grupo de las lenguas ugrofinesas y es el único oficial y entendido por la mayoría de la población, si bien gran parte de los habitantes de la ciudad también entiende el ruso.
En 2011 fue la Capital Europea de la Cultura, junto a la ciudad finlandesa de Turku.
Nuestro hotel fue el Viru, antiguo alojamiento del Intourist oficial soviético, hoy residencia confortable, cercana a la muralla del casco antiguo, en pleno corazón comercial de la ciudad. En la última planta, alberga un centro de escuchas a los huéspedes (ya en desuso) del antiguo KGB visitable con un guía.
Cenamos en Olde Hansa, un clásico de la ciudad. Local alumbrado exclusivamente con velas, incluídos los servicios, en una gran casa gremial del siglo XV. Conciertos de música medieval en vivo