Ayer fue el centenario de Manuel Matxain, el 12 de octubre se celebró un masivo homenaje a su figura, a la persona que representa, un hombre sencillo, luchador, bondadoso, trabajador, ariña, constante, republicano, integrador, fundador del Aiete moderno con los mimbres del Aiete tradicional.
Socio de la ACD de Aiete, socio de la iglesia progresista, socio de entidades deportivas y de Munto, socio de la Tertulia del Vallés, escritor, creador de bertsos, korrikalari, txapekdun, gizon plaza…
(Recordando a nuestro Celaya) “Cuando ya nada se esperaba personalmente exaltante”, en medio de tanto desatino y egoísmo, el miércoles irrumpe en Aiete, en los jardines del palacio, en el Topaleku y la Casa de Cultura, la imagen de Matxan “como un pulso que golpea las tinieblas” y nos convoca allí, en su recuperado y hermoso centro barrial, a todas las personas, de varias generaciones, de todos los confines de Aiete, identificados con su nobleza humana, en la que nos sentimos representados.
Matxain vivió la crueldad de la guerra, Matxain denunció el sin dios del terrorismo y la represión, Matxain se pasó la vida reflexionando sobre la condición humana, y, comulgando con su compañero del alma Luis Cernuda, afirmaba, en sus bertsos, que lo que importa y nos basta es la fe de cada persona
Esa cualidad de Manuel nos ilusiona y nos convoca.
Y mientras recorrimos los encantadores jardines del palacio de Aiete, entre sus bellos y frondosos árboles, tras los vibrantes cantos de la Eskola Gurutziaga, dirigidos por el maestro Eduardo Echegoyen, rendíamos un emocionado homenaje a un combatiente vasco por la libertad y la igualdad…
Aahora con Cernuda, te decimos Manuel, «Gracias, compañero, gracias / Por el ejemplo. Gracias porque me dices / que el hombre es noble. / Nada importa que tan pocos lo sean: / Uno, uno tan sólo basta / como testigo irrefutable / de toda la nobleza humana».