Los bertsos de Manuel Matxain fueron recogidos en Uste gabean, dentro de la Biblioteca Auspoa propiciada por Antonio Zavala.
Estos reflejan sus inclinaciones y valencias varias. Algunos están dentro de la temática tradicional: los deportes y deportistas rurales, el mundo rural, las fiestas, el euskara, otros bertsolaris, los agradecimientos… Sin embargo, otros tratan sobre deportistas fuera de ese ámbito, las guerras, los problemas internacionales, la injusticia social, el terrorismo…
Es a través de estos bertsos cuando Matxain nos muestra sus ideas y su estatura ética. Siempre se proclamó republicano, pero aceptó la monarquía si esta seguía los cauces democráticos. Su apuesta por la Unión Europea y por la autonomía fueron también tempranos, desde el franquismo. La democracia, la lucha contra la injusticia y la desigualdad, su vasquismo euskaltzale, su pacifismo de veterano miliciano y el cristianismo fueron los ejes de sus versos. Es destacable este último aspecto. Lejos de la natural advocación cristiana de los bertsolaris tradicionales, Matxain nos refleja un profundo intimismo cristiano, rayano en el misticismo. ¿Sería por la semilla de Eustaquia, su madre, por la sombra de la iglesia de Ayete o la influencia de don Cecilio? La defensa del pluralismo político e ideológico, vacunado de todo guerracivilismo, es otro de sus rasgos distintivos.
Obtuvo el premio Xenpelar, fue homenajeado en el Bertsolari eguna de 1994, y recibió la medalla al Mérito Ciudadano en 1992. También contribuyó a forjar el barrio. Debajo de sus bertsoak y de su firma, siempre puso el topónimo Aiete. Manuel Matxain murió el 18 de diciembre de 1999 y es un personaje que concita la admiración y el cariño de todos los vecinos que le conocieron.
Cita de Pedro Berritxoa, de un libro de próxima aparición