Todos los años pasa lo mismo la tarde-noche del 31 de octubre.
Esta cuadrilla de gamberros que la han tomado con el barrio y, especialmente, con Etxadi y cercanías, ya no son tan críos, a nos ser que hayan hecho escuela (Y al escribir la palabra se reconoce una segunda intención dirigida a quién corresponde)
Halloween (contracción de All Hallows’ Eve, ‘Víspera de Todos los Santos’), también conocido como Noche de Brujas, es una fiesta moderna que ahora está llegando a nuestra ciudad y lo hace entre los más jóvenes y con mucha fuerza.
Pero hay algunos segmentos de la chavalaría que se les atragantan muchas cosas, incluida esta fiesta cuyas raíces están vinculadas con la conmemoración celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de Todos los Santos, celebrada por los católicos el 1 de noviembre. Se trata en gran parte de un festejo secular, pero que posee un trasfondo religioso.
Se puede celebrar sin fastidiar ¡Oído cocina!
Tiene huevos…. Unos pocos manchando mucho de todos,parques, asientos juegos de niños aceras,barandillas ,y algo mas privado,particular, rastros de personajillos por que son eso unos gallinas cobardes que se valen de la nocturnidad para hacer esas fechorias barbaras y sucias,se retratan en sus hechos y los ciudadanos aguantar .Tiene huevos la cosa.
Hoy he leído en el periódico un comentario de Ane Soma. Ella reproduce las fechas desde las que en esta web se están manifestando las quejas contra las agresiones la noche de “las brujas”. Se supo de una denuncia a la Ertzantza por una agresión racista en la plazoleta de Etxadi. Se sabe que Lantxabe se presentó en sus oficinas de la calle Easo con el objeto de prevenir este desmadre carca y ultra que va más allá de una fiestas de “payasos criminales”. En los colegios de Aiete no se educa así y su gente joven no es así. Se sabe quines son los agresores y de qué colegio parten y, al presentarse a la policía vasca, se quería confirmar la procedencia de los chavales denunciados para ayudar, persuadir, evitar que, como está sucediendo, las agresiones no se repitan año tras año, en definitiva se quería mediar de buenas formas. No es difícil saber el colegio. Es suficiente con seguir las huellas que dejan los huevos y saber quiénes son los agredidos -el chaval era del Axular, a la Aiete Ikastetxea le bombardearon con huevos hasta dentro de las aulas- Son chavales que se están haciendo mayorcitos. Ayer, sin ir más lejos, un joven adolescente, con mala cara, quiero decir pálido, con feos granos y mirada torva, en el autobús Garagar, a la altura del Paseo de Aiete, le comentaba a otro, “el otro día – se refería al 31 de octubre, la tarde del Halloween- después de echar los huevos nos fuimos a lo Viejo”. Me dieron ganas de entrar en la conversación pero no me atreví. Lo siento.
Me imagino que estaréis pensando que “muerto el perro se acabó la rabia” y que estos chavales que ahora rondan los 14 años, cuando tengan 16, encontrarán otras diversiones más civilizadas.