La experiencia nos dicta que ha de ser algún vecino cercano, quién ha decidido convertir la zona de detrás de la pared de la rotonda de la calle Paraíso, próxima a Katxola, en un estercolero, arrojando en él los restos de su poda.
Ojalá no sea la misma vecindad, quién llamó a la policía municipal, para que multara a los coches que habían aparcado en la propia rotonda, aquel inhóspito 27 de febrero, cuando cientos de personas nos reunimos para celebrar el reconocimiento de cuatro nobles mujeres del pueblo de Aiete. Sería el colmo de la desfachatez y el cinismo.
Resulta insoportable la negligencia, pereza, abandono, desgana, desinterés, apatía, desidia, indolencia, apatía, vagancia, desaliño y suciedad de los responsables de estos hechos que denunciamos.
De la misma forma que Lantxabe, no dudó en personarse con el concejal delegado de seguridad ciudadana, Martín Ibabe, para pedir una mayor protección de la zona, frente a los robos; reclamaros la misma corresponsabilidad de la vecindad para evitar estos comportamientos incívicos.
En efecto, hemos detectado que algún vecino de la zona ha echado residuos procedente de varias podas, y las han vertido en la rotonda situada junto al caserío KATXOLA. Ironías de la vida la calle se llama Paraíso
El hecho en sí es denunciable, porque la persona que ha realizado dicha poda tiene la obligación de llevar los residuos al garbigune más cercano o al contenedor que corresponda.
Aunque el residuo es orgánico, cuando se descompone la materia orgánica ¿Qué bacterias produce? ¿Cómo afectan a la salud?
También se detectan defecaciones de perros alrededor del caserío (y son muchas).
Todo esto es denunciable al organismo correspondiente.