La caída de un pino quiebra el sosiego del Bosque

Martes 17, una mañana espléndida, en medio del Bosque, entre el frondoso arbolado, con la luz que llega a cada rincón, el sol levanta la humedad del día.

Las personas, pocas, que pasean por la cementada cota 84, comentan que la frescura matinal está dando paso al calor de mediodía, el equilibrio es perfecto para disfrutar de la jornada.

Bajada desde la zona del ‘Teatro Miramón’ a la erreka Pakea

En el Bosque de Miramón -con sus habituales ‘in vigilando’-se respetó el segundo sendero, que circula a una cota inferior al paseo pavimentado, y mantiene su traza rural, tras la profunda renovación del Bosque a iniciativa de Lantxabe y según proyecto de Lur Paisajistak. Su superficie está formada por gravilla, grava, tierra compactada, arena, astillas de la madera de los árboles y, en tramos cortos, placas de piedra y piedrecillas sueltas que crujen bajo los pies; tras la lluvia suelen aparecer zonas de barro. La naturaleza se hace evidente con las raíces que sobresalen entre los guijarros, con el musgo que cubre algunas piedras o pequeños charcos que salpican el camino. Este sendero ofrece una conexión íntima con el entorno natural, envuelto por la frondosidad del bosque.

A esta altura, en esta baja cota, aguas arriba de la erreka Pakea, está el embalse, recuperado en el citado proyecto

Hoy el estanque, limpio y vibrante, era un espejo de la vegetación que lo rodea, ofrecía tonos verdes, texturas variadas y parecía que en cualquier momento podía verse lanzado en picado al azul Martín Pescador, para completar la escena.

Ciprés de los pantanos: una de las pocas coníferas que pierde las hojas en otoño, estamos en la época perfecta para disfrutarlo

Allí en la orilla de la balsa, cerca de un pequeño puentecillo, cada vez más fundido con el entorno como una prolongación del camino, se alza un cada vez más maduro y espléndido ciprés de los pantanos, que ‘desenterraron’ los de Lur Paijistas en las tareas de recuperación del reservorio. Su follaje, de un verde claro y fresco, titila bajo la luz del sol y se destaca entre los demás árboles.

El ‘Ciprés de los pantanos’ en el estanque del Bosque de Miramon – Aieteko Bizilagunen Elkartea

Aguas arriba del estanque, encontraremos el identificado, y señalado, antiguo lavadero, testigo de la vida en la zona. El lavadero otorga al paisaje un aire de nostalgia y tradición.

La regata corre con suavidad, deslizándose por su curso en pequeñas cascadas que aportan al ambiente un murmullo constante, casi hipnótico

Al ir a su encuentro, de repente, el aire se revuelve con un ruido seco de maderas rotas, un crujido de ramas, un estallido como de petardos que queda reverberando entre el silencio del bosque.

El pino arrastra con él el nido colocado por Iñaki Jarauta (plan que forma parte del proyecto citado)

Tras la impresión se ve que el tronido ha sido ocasionado por la caída estrepitosa de un pino, que solía erguirse orgulloso en la orilla de la regata.

El tronco del árbol yace a un lado del estanque, parece que hubiera decidido descansar junto a las aguas limpias de la erreka que siguen su curso. El inconveniente es que corta el camino que lleva al lavadero y el ayuntamiento tendrá que cambiarlo de sitio