Lantxabe es, dese sus inicios, una de los motores del barrio. Han creado equipos e iniciativas en pos de la Casa de Cultura, la Escuela Publica, el Ascensor, el Ambulatorio; han recuperado el caserío Katxola y se han implicado en la defensa de la cultura material de Euskal Herria y de la sidra; han hecho posible la plaza de Munto y su museo etnográfico permanente, en recuerdo de la imagen mítica del caserio; han potenciado iniciativas culturales decanas en la ciudad como el ciclo de Literatura y Cine, que cuenta con cientos de seguidores en toda la ciudad; han logrado la recuperación de un bello Bosque en Miramón y dinamizado su frontón “Miguel Gallastegi”; han apostado a fondo por las señas de identidad del barrio, fusionado barrio antiguo/barrio actual, plasmado en libros sobre los caserío de Aiete o en el permanente Manuel Matxaini Omenaldia.
Pues bien, si cada empeño tiene su afán, ahora el empeño de Lantxabe es lograr la implantación del juego de los bolos entre la juventud del barrio; los bolos son una de las tradiciones más longevas del deporte rural vasco.
Hace dos años se estrenó un nuevo bolatoki, propiedad del Ayuntamiento, en el Jolastoki, al lado de la sede social del CDA de Aiete.
Esta mañana estaba preñado de vida, de satisfacción, de ciencia deportiva, de tradición.
Unos, los más hábiles y preparados, jugaban a los bolos; otros, muy dispuestos y predispuestos, hombres y mujeres, a la toka.
Un elegante y noble espectáculo en el centro de Aiete.
Este es otro de los objetivos de Lantxabe: lograr que Aiete tenga un centro de referencia, y se está consiguiendo: Casa de Cultura, Plaza de Munto, Jolastoki, Parroquia, Ambulatorio, Ascensor…Avenida de Aiete…Ay! Si la ciudadanía gobernase…
Esta mañana ha participado en el Aieteko Bola Txapelketa Jolastokian “Manuel Matxaini Omenaldia”, entre otros 20 federados, Pedro Lazkano presidente de la Federación de bolos. Nos decía Pedro -y asentían sus compañeros- «Derribar seis bolos se considera buena tirada. Siete muy buena. En cuarenta años sólo he visto en una ocasión que se derriben nueve bolos de una tacada».
Sólo Ibon Miner, que ha quedado campeón, y el propio Pedro Lazkano -cuarto- han conseguido una tirada de siete brillas.
Ha sido la regularidad la que ha permitido a Ibon alzarse con el triunfo: en las otras cinco tiradas ha conseguido 6 bolos, mientras Pedro fallaba en la última, tirando cuatro. «Se necesita imprimirle un efecto especial a la bola, que pesa nueve kilos y es de madera. No gana el más fuerte, ni tiene más facilidad. La clave está en la técnica. El material lo renovamos año a año porque este es un deporte de precisión, y el desgaste de la arenilla que conforma la pista por la que rueda la bola la convierte en prácticamente inservible».
Esta mañana veíamos como cada uno de los bolaris cuidaba la tabla de contacto y la limpiaba de la arenilla invasora, que con mimo cuida Pedro Lazkano, día a día, desde hace dos años.
Así pues el que se llevó el trofeo al mejor tirador fue Ibon Miner Santa-Kruz Ahora los esfuerzos de Lantxabe, junto a ACD y la Federación de bolos, se centrarán en popularizar este bello deporte y en cubrir el Jolastoki, siguiendo lógicas propias, al tratarse de una práctica eminentemente popular, que tiene lugar en fiestas. Si cada bolatoki tiene su secreto, el de Aiete seguro que también y el que lo conoce tendrá más opciones de mejorar su rendimiento.
Lantxabe, ACD y la Federación buscarán patrocinadores para la celebración de estos eventos. Pediremos una subvención a la Diputación y al patronato de deportes; una aportación de quinientos euros, pueden parecer pocos, pero a Lantxabe le llegan para cubrir premios.
Ayer vimos jugar simultáneamente personas de ochenta años con chavales de trece, y lo mejor es que los mayores les pueden ganar a los más jóvenes, aunque esta mañana no ha ocurrido. Y vimos también como entraban en juego personas veteranas de la ACD y de Lantxabe, y cómo algunas de las mujeres presentes también se animaron.
Tememos por la continuidad de los bolos a medio plazo en la provincia. Existen escuelas por Gipuzkoa, y nos gustaría que Aiete tenga una propia y venga gente a probar, estamos abiertos a enseñar a quien lo desee. Los bolos forman parte de la cultura deportiva de Euskadi, por eso habría que hacer un esfuerzo porque según pasen las generaciones se mantenga vivo.