Haciéndose un hueco en cada descampada del temporal, la Tamborrada de Aiete, contra el viento y la lluvia torrencial, que convertían la del sábado, en una imposible tarde, alegró y creo un ambiente formidable en las fiestas del barrio.
La incorporación de la Tamborrada, como elemento básico a las fiestas del barrio, se la debemos a la alegre muchachada de los de la Axular, dirigidos con rigor y alegría por el gran Jesús Claramunt. A la Tamborrada de Aiete se le incorporaron elementos de otras compañías, como fue el caso del simpar Manolo García, Diosa Momo, en los últimos carnavales.
Ayer sábado día 9 de septiembre quedará recogido en los anales del barrio
En efecto, a las cinco en punto de la tarde,  la Tamborrada partió de Hiru Damatxo, dilató -con la excusa del mal tiempo- su tiempo en Etxadi, mientras alegraba la vida en los soportales, hasta que un hueco del temporal, les permitió desplazarse al Topaleku. Allí fueron obsequiados con un exquisito pintxo de txorixo, sidra y bebidas, y con la misma excepcionalidad se desplazaron a la Plaza de Munto y de Otxanda (en la foto). La jornada puso el punto final en el Jolastoki (en la foto) con una exhibición de percudión y humor.
Como sucedió durante toda la tarde, menos mal que fue una vez finalizados los redobles del himno de la Real y los Cosacos de Kazán, sobre el Jolastoki volvió a caer una tromba de agua.

Pero aunque se moje, ni Aiete, ni su Tamborrada, se encojen. El ingenioso Eneko Mondragón había instalado sus «jaimas» y con la ayuda y colaboración de la ACD, terminamos la tarde disfrutando del zizka mizka en compañía (poteo)
Ha sido el primer desfile de la Tamborrada de Aiete, pero su confort y optimismo están asegurados, por su participación, en las próximas fiestas