La actividad en el caserío Katxola sorprende con cada convocatoria.
El prensado de la manzana, que tuvo lugar ayer sábado, da fundamento a la vida en los caseríos, y así lo entienden cientos de personas que se acercaron al del Bosque de Miramón.
Exhibición, representación, función, demostración y ceremonia son cinco formas de nombrar el espectáculo del prensado de la manzana en Katxola, al menos durante la tarde de ayer.
Los medios de comunicación y el respaldo de las instituciones no están a la altura de lo que motiva que cientos de personas, familias enteras acudan al caserío.
Otras actividades cultuales y, específicamente, las que hacen referencia a cultura material de Euskal Herria, gozan de un mayor apoyo por parte de los organismos y medios públicos y privados. La fiesta de la manzana en el caserío Katxola no tiene el suficiente y merecido respaldo que sí se lo conceden, año tras año, y cada vez más, las gentes de Aiete y donostiarras en general.
El apoyo de centenares de personas durante la tarde de ayer sábado fue impresionante. Familias y personas de diferente procedencia, vida y pensamiento de Aiete y San Sebastián. Es necesario establecer una memoria de esas personas, un ojo individual no tiene la panorámica suficiente, pero pudimos ver historiadores de prestigio, profesores universitarios, médicos, arquitectos, al presidente de la Federación de Gipuzkoa de bolos, al de Kutxa Egune, expertos en elaboración de sidra o en manzanas, miembros de otras asociaciones de vecinos, de la ACD de Aiete, con su presidente a la cabeza, de Aiete Euskera Batzorde, muchas familias con criaturas en edades desde meses hasta los once/doce años, que acuden por primera vez a Katxola, con gran curiosidad, jóvenes de varias edades, cuadrillas frisando la treintena, además de las personas veteranas conocidas y cuyo apoyo es permannte.
Asistieron dos concejales, Enrique Ramos (con sus hijas) y Miguel Angel Diez y su compañera.
En los periódicos se anunció el evento, a página entera en las de barrio, o en agenda, o en pequeña columna, o en TD.
No es equiparable al tratamiento que reciben otras actividades similares en los pueblos de alrededor para acontecimientos similares. Aiete tiene una sidrería popular, la única de Donostia y merece un adecuado reconocimiento.
Con la característica de que este es una iniciativa protagonizada por la asociación de vecindad, que mantiene vivo el caserío y que ha logrado emular al tradicional y largamente aplaudido Igartubeiti en Ezkio.
Ayer el tolare de Katxola trabajó a pleno rendimiento; pero para conseguir prensar más de 1.000 kilos de manzana y llenar dos kupelas de mosto (600 litros) ha hecho falta que, desde el el día anterior, el tolare esté funcionando y prensando y que hoy domingo lo siga haciendo.
El proceso de elaboración de la sidra que arrancó en Ekogune, con caráctger simbólico, hace un mes y que tuvo efectos más prácticos el miércoles y jueves con la recolección de manzanas, aún en medio de la lluvia, se ha prolongado durante todo un largo fin de semana.
Katxola cumple una divulgativa y didáctica tarea de situar el tolare al alcance de la gente, pero también a lo largo del año de las escuelas de la zona y de todo Donostia: ayer mismo la directiva de la ikastila ‘Zurriola’ se interesó por la visita de sus alumnos.
‘Matxacar’ las manzanas es el inicio de un proceso que culmina con la degustación de la sidra, en Txotx, allá por el mes de febrero.
Pero antes el grupo de ‘sidreros’ de Katxola, que son los encargados de mantener el caserío abierto a lo largo del año, de organizar las visitas guiadas al bosque de Miramón y cuidar de su mantenimiento, de convertir el caserío en centro experimental del Bosque y de la sidra, durante estos días, en esta última semana antes y durante el prensado, han hecho multitud de tareas -limpieza a fondo de cada pieza del tolare, de la matxka y de la bañera, de las kupelas y de los receptores del mosto, etc, etc- que permitieron que ayer podamos brindar con el primer mosto, un dulcísimo licor de manzana, con un color rojizo precioso.
El lavado, prensado y decantación del zumo de manzana, nos permiten augurar el mejor txotx que hayamos tenido en caserío,
Al pie del cañón, justo es mencionarlo: Angel Alberdi, Juan Carlos Berzosa, José Luis Mariñaleda, Peio Garmendia, Jaime Maturana y otras mujeres y hombres, jóvenes y mayores que están enfrascados en las tareas asociadas a la elaboración de la sidra.
Las bases del uso público del caserío se sentaron en aquel 2004, año en el que fue cedido a Lantxabe, y la gente de la Asociación -con el apoyo del ayuntamiento, la diputación y el gobierno vasco-. En Katxola se daba el segundo gran paso al trasladar el tolare de Munto e instalar el lagar en el caserío, convirtiéndose así en una sidrería popular, con todos los elementos de un caserío, haciendo de Katxola un museo etnográfico vivo, público, popular.
Primero como Centro Cultural y después como centro experimental de la elaboración de la sidra, el caserío va cogiendo cotas de acción y de popularidad cada vez mayores, como se significó ayer.
Con la reforma del Bosque de Miramón, el caserío Katxola tiene su propio manzanal, y esta es una nueva apuesta formidable. Los manzanos están al alcance de la gente, y el público tendrá que demostrar una gran madurez para respetar el fruto en los árboles, para que lleguen en la mejores condiciones y abundantemente al tolare del caserío.
La ilusión es lo que mueve a las personas que trabajan en Katxola, la misma que se refleja en los rostros de las personas que lo visitan estos día, especialmente de los niños.
Comprobar que, quien ha venido a ver cómo se hacía el mosto hace 100 años, ha salido muy agusto, sin duda alguna es el mejor ánimo para seguir adelante.
Como elaboradores de la sidra hay que decir que el 100% de la manzana es de dos caseríos de Urnieta. Manzanas que responden, fundamentalmente, a las variedades; patxolua, urtebi, goiko etxe, udare, txalaka, ale handi, ziulio baserri, gezamina.
Una buena sidra empieza en el cuidado del manzano y sigue por una recogida de la manzana en su momento idóneo, en el punto óptimo de maduración para llevarla a casa, lavar, retirar las que nos sean aptas, quitar hojas, etc, y poner en marcha el proceso; prensado en el tolare con capacidad para 650 kilos, de donde saldrán, en dos tandas, alrededor de 600 litros de mosto. El mosto se decanta y fermenta en dos kupelas nuevas, limpias como la patena, preparadas para hacer una exquisita sidra. Que ahora es el gran reto de los ‘sidreros’ de Katxola.