Quedan apenas unas horas para que los tres Magos entren a nuestras casas y dejen sus regalos bajo el árbol de Navidad o junto al portal de Belen.
Los Reyes han llegado poco después de las 11.00 horas a San Sebastián por el río Urumea en una txalupa, y han desembarcado en el Paseo de Francia.
La lluvia les ha acompañado.
Han emprendido una gira por los barrios de Gros, Bidebieta, Intxaurrondo, Amara y el Antiguo, pero no han llegado al barrio de Aiete. No han podido subir hasta aquí porque
no hay ascensor y sus cuestas hacen difícil la subida sin vehículo a motor.
Lo malo es que no está asegurado que el año que viene vayamos a tener un elevador en el barrio
El gobierno municipal prometió que para este invierno funcionaría el ascensor, que lo iba a traer el Olentzero -ver entrada del 22 octubre de 2106- pero, como es habitual y la ciudadanía soporta, la administración pública no ha cumplido su palabra
Ahora ha dado una vuelta de tuerca y dice que ‘los sobrecostes amenazan con paralizar la ejecución del doble ascensor entre Morlans y Aiete’, que ‘El desvío presupuestario roza ya el máximo legal del 10% que obliga a detener las obras y convocar un nuevo concurso público’
Lo de traer carbón es una broma que se atribuye a los reyes, para castigar a los niños que no hacen los deberes, pero de ser verdad ¿Quién no ha hecho los deberes? ¿A quién debían traer el mineral?
De hecho quien se queda sin reyes es la vecindad de Aiete y de Donostia; pero quien se ha ganado a pulso el carbón más negro, son los técnicos responsables de la inexactitud de los estudios geotécnicos realizados antes de acometer los trabajos, los que han hecho las estimaciones sobre la estabilidad y resistencia del terreno porque no fueron precisas y ahora es necesario reforzar la ladera con una pantalla de micropilotes para garantizar la seguridad; consecuencia: un retraso en la ejecución de entre cuatro y cinco meses, según se anunció en noviembre.
Pero es que para el segundo ascensor, el vertical que conectará Pío Baroja con el paseo de Aiete, se ha detectado la necesidad de acometer un sostenimiento de tierras superior al previsto inicialmente, para lo que también se empleará la técnica del micropilotaje.
Tenemos precedentes de esta inutilidad o desmaña, el pasado año ocurrió en Intxaurrondo, en la construcción de los 55 apartamentos para mayores de Mons
¿Sólo hay que pedir responsabilidad a los técnicos? ¿A los ediles no?
La falta de fundamento tiene más consecuencias, estas son de tipo legal-presupuestario: El doble ascensor que unirá San Sebastián con Aiete está amenazado por los sobrecostes, que rondan ya el máximo legal del 10%, lo que obligaría a detener las obras y sacarlas de nuevo a concurso público: Los desvíos presupuestarios son de un 9,49% en el primer lote y de un 9,56% en el segundo, por lo que cualquier contratiempo o imprevisto que surja condenaría al proyecto a repetir los trámites de licitación y adjudicación. Con las exigencias normativas actuales, el proceso duraría, como mínimo, entre tres y cuatro meses más.
Alguien debe dar cuenta a la ciudadanía de esta informalidad, insolvencia e incompetencia, cuando son 3.700 donostiarras los perjudicados directamente, pero indirectamente todos los demás, porque el ascensor reducirá el tiempo para llegar desde Aiete al Centro y desde el Centro a Aiete.
Una apostilla informativa.-
Está previsto que el ascensor inclinado llegará a la rotonda de Melodi tras recorrer 143 metros en 72 segundos con una pendiente media del 26,8%. La capacidad de carga de la cabina -ver foto- será de 1.875 kilos, por lo que podrá transportar a 25 personas en cada viaje.
Una vez en la rotonda de Melodi, los usuarios tendrán que cruzar la calle y recorrer unos metros a pie o en bicicleta -principal servicio del ascensor- para alcanzar el segundo elevador.
Se ubicará en el tramo inicial del paseo de Pío Baroja, justo debajo del viaducto por el que discurre el paseo de Aiete, y llegará en vertical -ver foto- a la parcela en la que se levantará el futuro ambulatorio del barrio, también en el limbo por la ineficiencia e irresponsabilidad de otros equipos técnicos, en este caso los de Osakidetza.