La satisfacción de llamarse Miguel Gallastegi


Así es como se denomina el frontón de Miramón, el que está encima del teatro, en las orillas de Katxola

Miguel Gallastegui, el pelotari, el gigante, la persona indomable. El placer, la alegría, la suerte, el gusto, la dicha, de verle cumplir 100 años

Miguel no habló mucho ayer en el Príncipe, en el día de su homenaje, pero nos dejó este mensaje ‘Mirad siempre de frente a las personas’.

Hoy es su centenario. 100 años de su nacimiento en el caserío Asolaigartza, del barrio eibarrés de Amaña. Miguel dice que el mejor frontón del mundo es el Astelena de Eibar, pero guarda en su coranzocito el de Miramón, el único que lleva su nombre y que denominamos hace cuatro años.
Todos los días que es posible sigue viniendo a su frontón, a hacer sus ejercicios, a leer el periódico, a charlas con la vecindad que se le acerca.

El de ayer, fue un homenaje sencillo pero cargado de simbolismo.

Hace un año participó, de forma protagonista, en la charla coral que le tributamos a Manuel Matxain, en Aiete. Ellos compartieron días inolvidables en el caserío Erramunene. Mantiene una estrecha amistad con Marian, la hija de Manuel. Ella y, Angel Alberdi, su marido, también estuvieron presente en el evento y, cómo no, una representación de Lantxabe y de los vecinos de la plaza Pakea que le saludan casi todas las mañanas.

Miguel Gallastegi tiene un lugar privilegiado en la historia del Manomanista, la competición reina de la pelota a mano, la que forma parte de la memoria y del presente de este país.
El Manomanista es testigo de la personalidad y del carácter de este campeón indomable. Dentro y fuera de las canchas.
Los pelotaris suelen tener ‘sobrenombre’, apodo o apellidos con dígitos romanos. Miguel era Gallastegui, aunque puestos a rebuscar se le pusieron tres sobrenombres –Hércules de Asolaigartza, el caserío donde nació, Coloso de Eibar y Basajaun de Arrate– por su extraordinaria potencia, corpulencia y reciedumbre
Hoy en día Miguel quiere que se conozca este mensaje «La pelota a mano como la conocimos nosotros ha muerto», se refiere, sobre todo, al material que utilizan los profesionales de hoy en día. «Antes el pelotari dominaba a la pelota, y ahora la pelota domina al pelotari». «Con ese bote, saca un pelotari manda la pelota al rebote o pega al cuadro siete, y el otro, ya sea con la derecha o con la zurda, la pone otra vez en el cuatro sin ningún problema. Eso no puede ser»
«En nuestra época había periodistas muy entendidos, cuatro en San Sebastián y cinco en Bilbao», recuerda con añoranza. «Cuando un pelotari tenía un partido interesante iban allí, para ver cómo estaba. Si salías a jugar sin estar bien y perdías te comían vivo».
«Entonces la pelota era sagrada». «La gente se sentaba en sus asientos como si estuviera en misa y seguían cada tanto con mucha atención, no como ahora, que la gente no para de gritar. No se escucha nada».

Miguel es un sabio de la pelota y, cómo le decía su nieto en el homenaje, cuando el abuelo se recrimina el no tener estudios y cultura, el propio Miguel forma parte de la cultura popular; estamos ante un símbolo, un emblema, una insignia de la cultura, su representación, personificación, encarnación y ejemplo en la figura del propio Miguel, en su sabiduría cultivada durante casi un siglo de vivencias y dedicación a la pelota a mano, es un emblema legendario de la historia de la pelota.

Y el gran Miguel Gallastegui ayer estaba allí como un sol plenamente luminoso de cien años. Honor para un pelotari de casta.

1 comentario en “La satisfacción de llamarse Miguel Gallastegi”

  1. Gallastegui niovys

    Hola, soy de Cuba, y me apellido gallastegui he leído mucho sobre el linaje de este apellido, quisiera por favor saber si tenemos vínculo familiar, muchas grasias. ¡

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