La final de la Copa Mundial de Fútbol de 2010 se disputó el 11 de julio enla ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica. Este encuentro lo protagonizaron las selecciones de los Países Bajos y España. El equipo español derrotó a los neerlandeses con un gol de Iniesta conseguido a los 116 minutos de juego, logrando de esta manera su primer título mundial.
En aquellas fechas Lantxabe había organizado un viaje cultural por la Campaña y la Borgoña -variante francesa de la Ruta Francigena-, una maravilla instructiva, un periplo delicioso, un ambiente formidable, como recuerdan los peregrinos de aquel ciclo viajero.
A ese ambiente contribuyeron los partidos del mundial que jugó España. El que jugó con Paraguay el 3 de julio, nos pilló en Troyes, región de Champaña,
y el que hizo con Alemania, semifinales, el 7 de julio ‘San Fermín’, en Dijon, capital de la región de Borgoña. Nos divertimos de lo lindo viendo los partidos.
Para la final, el 11 de julio,estábamos, en Donostia nada más volver.
Viene a cuento esta historia porque en la preparación del viaje a esta décima odisea que organiza Lantxabe, entre las lecturas para las tertulias, la siguiente, el próximo 8 de marzo, día de la mujer, tenemos Con el agua al cuello de Petros Márkaris, novela policíaca del comisario Kostas Jaritos, primera de la trilogía sobre la crisis. Quizás por ello, Petros nos describe una Grecia (Atenas), siempre calurosa y extrañamente hermanada con España (En la final del Mundial de fútbol entre La Roja y Holanda, los griegos van con nosotros; el protagonista, el comisario Kostas Jaritos, a la hora de comprar un coche nuevo se decante por un Seat porque es español y “entre nosotros tenemos que ayudarnos”…).
Más bajo tenemos, escaneada, la página 237 de la novela.
La dualidad es una ley natural… bien y mal, alto y bajo, grande y pequeño, bello y feo, fuerte y débil, rápido y lento, etc., etc. Luego, masculino y femenino, es una dualidad natural que nada tiene que ver con ser mejor o peor. El problema está en la visión que se tiene de la existencia. Está claro que en lo femenino impera lo afectivo y en lo masculino impera lo racional, lo cual no significa que la otra parte carezca de afectividad o de racionalidad.
No, Ramón la dualidad natural consiste en la convivencia de ambas facetas. Lo que es grande para una hormiga es pequeño para un elefante, lo rápido para una tortuga es lento para un halcón. La fortaleza de unos es la debilidad de otros. Lo feo y lo bello, lo bueno y lo malo, eso son invenciones humanas con el fin de describir lo que nos gusta o no, lo aceptable o inaceptable. Y son subjetivas. No está nada claro aquello de que lo femenino es afectivo y lo masculino racional. Es imposible saber hasta qué punto llegan las diferencias biológicas (que varían más entre individuos que entre sexos) y hasta dónde llegan las sociales, los mitos, los tópicos.Mi sexo no define mi persona más allá de lo puramente físico, el género es mucho más que una identificación de ciertas cualidades con un sexo concreto y muestra un abanico de posibilidades mucho más amplio de lo que expone tu supuesta dualidad natural.Ojalá entendieses que tampoco ni tu sexo te define como ser racional por encima de lo que lo es cualquier otro ser humano, hombre o mujer. Ni te impide ser igual de afectivo.No somos las únicas encerradas en un roll. Ojalá más hombres lograsen ver como esa visión arcaica de masculinidad los oprime y moldea y tomasen conciencia de que la igualdad nos beneficia a todos.