Los jardines del Eureka! Zientzia Museoa están salpicados por maquetas que reproducen, fielmente y a escala, modelos que dicen representar las construcciones más emblemáticas del territorio guipuzcoano. Entre las maquetas encontramos un pasillo con varios modelos de baserri (como se ve en la foto)
pero echamos en falta el caserío Katxola, uno de los edificios más emblemáticos de San Sebastián, vecino del Museo, antes propiedad de la Kutxa, ahora del ayuntamiento, gestionado por la vecindad organizada y probablemente la representación más genuina del caserío gótico guipuzcoano de finales de siglo XVIII.
Katxola es uno de los pocos caserío que se conservan del camino Oriamendi-Aiete, trufado de ellos en la Goiko Galtzara, antigua entrada a la ciudad y camino de Santiago. Una joya así, no podía caer destrozado por la pica y fue trasladada, piedra a piedra, viga a viga, desde el paseo Oriamendi, a su actual emplazamiento, entre la plaza Pakea y la calle Paraíso; con costos a cargo de su entonces propietario, la Kutxa. Y en la actualidad, en el proyecto aprobado por la vecindad y planificado por Lur Paisajistak, uno de los caminos a reponer, remover y vitalizar era el que lleva desde el Museo de la Ciencia a Katxola, desde la cima de la modernidad a las raíces del mundo rural, para que los cada vez más numerosos visitantes del museo pudieran contrastar los logros de la ciencia para, en un sugerente paseo, acercarse a la antropología donostiarra y su evolución en tres siglos
Este proyecto, reducido y recortado por el Parque Tecnológico tiene plena vigencia y seguro que la tenacidad de Lantxabe convertirá el enlace caserío-museo, en una realidad.