El sábado la sala de ensayo de la Eskola Gurutziaga -en el propio Topaleku– estuvo hasta reventar. El próximo año -que por supuesto volverán– tendremos que encontrarles un nuevo foro ¿La casa de cultura? ( Esperemos que para entonces el Gobierno municipal haya decidido que este equipamiento básico por el que se dejaron la piel los vecinos de Aiete y su asociación, sea para algo más que para dar conferencias extraordinarias y lucimientos ordinarios).
Por su parte la Eskola y su director, Juanjo Ocón, son mágicos y transmiten esa sensación de bienestar, de felicidad, de arte, de trabajo bien hecho y de buen humor, sobre todo de buen humor (de casta le viene al galgo ¿Verdad Juanjo?).
Nos habían ordenado acabar a las ocho y media -a esa hora se cierra el Topaleku- pero no podían acabar, no les dejábamos, les pedíamos un bis tras otro (es nuestra por tanto la responsabilidad del desafuero).
Las fiestas de Ayete, las de ayer y las de hoy, son para pasar un rato agradable – todos los grupos que actuaron este fin de semana lo hacen generosamente sin pedir nada a cambio -. El preupuesto de ingresos y gastos es muy muy limitado. Antes, nuestros antepasados, disfrutaron de las fiestas de Ayete y nosotros, de otra manera, también nos las arreglamos para hacerlo, en esta ocasión en compañía de la Eskola Gurutziaga.