Contribuyendo al ambiente festivo, al aire de fiesta, en Aiete se quiere celebrar septiembre. Es cierto que se regresa la rutina, a la vuelta al trabajo, a los nervios de los más pequeños por iniciar un nuevo curso escolar e, incluso, a un cierto agotamiento festivo. Es cierto también que no se puede rivalizar con los Porrontxos para que la juventud de Aiete protagonice sus fiestas. Por eso hacemos nuestro propio programa y el del pasado sábado fue realemente delicioso. Da gusto oir a las trikitixas y el esfuerzo que hace la Escuela de Música (y Maider especialmente). Su desprendida colaboración es de agradecer, vinieron un grupo de ocho personas que se hicieron oir en los núcleos centrales del barrio, desde la Cumbre, pasando por Munto, Jardines de Ayete, hasta Etxadi.
Un regalo.