El contenedor marrón ha entrado a formar parte del paisaje urbano de Gipuzkoa y de la rutina de centenares de vecinos. Las primeras experiencias piloto se han superado con sobresaliente y el iglú destinado a los restos de comida se está extendiendo por el territorio. El próximo año, se habrá implantado en todas las mancomunidades, aunque de manera desigual. En 2011, la mitad de la población tendrá a su disposición el quinto contenedor.
Este reto requiere que los guipuzcoanos se involucren de forma voluntaria en la recogida selectiva de las sobras de comida que producen en sus domicilios. Estos restos se dejan en el contenedor marrón para su posterior conversión en compost, producto que se utiliza para mejorar la calidad de los suelos.
La pureza de la materia orgánica recogida ha sido del 99%. Es decir, los vecinos han seguido las instrucciones sobre qué restos hay que depositar. El resultado será un compost de alta calidad, condición indispensable para que se comercialice.
El Ministerio de Agricultura certifica que el compost producido en la planta de Lapatx (Azkoitia) se puede vender.
En los próximos meses, el contenedor marrón se instalará en una docena de municipios: Irun, Eibar, Elgoibar, Beasain, Ordizia, Zumarraga, Urretxu, Legazpi, Hondarribia, Oñati, Segura y Ataun.
El próximo año, por tanto, el contenedor marrón (txerrijana) dejará de ser algo excepcional y ocupará su sitio junto al contenedor azul (papel-cartón), verde (botellas), amarillo (plásticos, latas, tetra-brick) y el destinado a la bolsa de basura con el resto de desperdicios. ¿También en Ayete?
sobre un artículo de FERNANDO SEGURA | dv
Los ciudadanos somos mano de obra barata (coste 0). Encima tenemos que pagar las bolsas para reciclar (las del supermercado). A cuenta de que hay que ser verde algunos estan llenando sus arcas y encima no dan nada a cambio. Me siento utilizado. Estamos en el pais de la prohibicion donde los gobernates solo mandan y poco dan.