TERTULIA DE TEATRO: el tiempo en Priestley

Teatro Estudio puso en escena  ‘El tiempo y los Conway’, del británico Priestley, como taller práctico, en el TOPALEKU de los jardines del Palacio de Ayete

 El deterioro de las relaciones y aspiraciones a través del tiempo, fueron objeto de estudio en el debate organizado ayer en torno a la obra de Priestley

 El teatro siempre ha sido un espejo donde la sociedad se ha mirado a veces complacida, a veces con el ceño fruncido, pero siempre con interés renovado. El tiempo, y principalmente el paso destructivo del mismo, han llenado literatura y argumentos teatrales con historias con las que el espectador se ha sentido siempre identificado. Teatro Estudio San Sebastián se propone, a través de distintos momentos de la obra del dramaturgo inglés J. B. Priestley, siempre preocupado por el devenir del tiempo, una reflexión con la convicción de que «cada uno de nosotros hemos podido ser alguno de los personajes que presentan las escenas de su obra».

 En tertulia del más puro teatro, el director de la compañía, Manolo Gómez junto a Fernando Mikelajaugi, uno de los actores fijos del veterano grupo, desgranaban la obra del autor británico, para posteriormente, entre los numerosos asistentes que formaban un público entregado, más los actores y promotores, organizar un amplio debate sobre cómo se hace una obra de teatro (al menos como la diseña Manolo), cómo enfoca Priestley su trabajo, cómo trabaja un actor o mejor dicho cómo siente, etc.

 El director tenía preparada una sorpresa: La  soberbia interpretación de Mercedes Galiana –del elenco del grupo Teatro Estudio- en el monólogo «Las putas en el manicomio», obra de  Franca Rame. Fue un entremés sobrecogedor y un testimonio excelentemente elegido para un día especial contra el mal trato a las mujeres.

 Esta tarde estos actores escenificarán los pasajes que ayer se desmenuzaban en la tertulia. Una experiencia realmente gratificante por el nivel teórico-práctico del debate. Esta tarde, seguro, se removerán las entrañas de quienes vengan a ver la obra, y con ella  los pensamientos de mirada irónica y profunda que construye Priestley a través de sus pasajes.

 La obra del británico comprende los años que van desde 1919 hasta 1937, situando a los personajes en un contexto fabril de la Newlingham de aquella época. «Entonces y ahora, vivimos el tiempo como deslizándose hacia un triste y desengañado final. El reto de la compañía Teatro Estudio San Sebastián es ir a ese núcleo de la desesperación y del desengaño, con la única y débil esperanza que hoy nos cabe, el diálogo, la conversación, la búsqueda de las causas, de un diagnóstico certero que nos permita tener esperanza», asegura el director Manolo Gómez.

 Para ayudar en esa búsqueda, los actores se valdrán de una de las cuatro piezas de Priestley que ahonda en esa obsesión por el tiempo y su poder destructivo: ‘El tiempo y los Conway’, ‘Yo estuve antes aquí’, ‘Soy un extranjero’ y ‘Música en la noche’, todas ellas bajo el epígrafe de ‘El tiempo’, que motivó la expresión de varias sensibilidades en la cita de ayer.

 Teatro Estudio trabajó en el Topaleku, en la sala Pagoa, con un elenco tan numeroso de protagonistas que nos llevarán por pasajes familiares, juegos de la niñez, pensamientos tristes en situaciones alegres y por el deterioro de las relaciones a través del tiempo, temas permanentes en Priestley, a los que dirige su mirada profunda e irónica. En sus obras es frecuente que Priestley altere el orden de los sucesos, y los espectadores sabremos de la vida de los personajes cosas que ellos mismos ignoran.

 Silvia Manzana es otra de las actrices que se enfundará en la piel de una de las protagonistas de la obra que se celebrará esta tarde. «Un drama familiar con no demasiada trascendencia. Es lo que pensé en mi primer contacto con ‘El tiempo y los Conway’. Sin embargo, según profundicé en el texto, no me quedó más remedio que rendirme a la evidencia: es una historia maravillosa», explica la actriz.

 Una historia que sostiene –como se dijo ayer en la tertulia- que el tiempo no es lineal sino multidimensional, que no existe el futuro, sólo el presente y, por tanto, que el tiempo no destruye nada. Una tarde de reflexión y que acercará al espectador a realidades que hasta ahora, creía olvidadas.

  26.11.10  Sobre un artículo de GORKA LARRUMBIDE |DV/ SAN SEBASTIÁN.

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