Mikel Azpillaga, ha pintado durante toda su vida.
El 24.01.09 Mikel presentó una exposición en la casa de Cultura Ernest Lluch.
Enrique Mingo escribió esta crónica en el DV
Personas que van y vienen, suben y bajan, saltan o simplemente se detienen y observan desde la quietud. Todo un mundo en constante movimiento, anónimo pero cercano en sus actitudes y miradas, es lo que expresa el donostiarra Mikel Azpillaga en su Pintura: 2005-08.
Mikel trabajó en técnicas mixtas sobre madera y formato variado en las que predomina la pintura plástica, las ceras, óleos y lápices de colores, que realizó «sin ningún planteamiento previo y de manera espontánea, como he hecho siempre», decía que para él «la pintura es una forma de vida».
«No suelo trabajar con ideas previas, no pertenezco a ninguna escuela y por lo tanto no tengo manías de escuelas, tan sólo tengo mis manías y mis gustos personales», -continuaba la crónica- me interesa de manera especial plasmar el movimiento, la gente en actividad, así como «retratar grupos humanos en diferentes perspectivas dentro del cuadro».
Dentro de las manías, Azpillaga dice que sobre todo son aquellas que le vienen del «mundo del dibujo» y la de «ocupar todo el espacio del cuadro. Me cuesta mucho trabajar el blanco».
Gran parte de la obra expuesta entonces estaba formada por cuadros múltiples que puedían leerse como una obra en conjunto o de manera independiente. «Estos cuadros múltiples son por necesidad ya que siempre me ha gustado crear obras en grandes formatos, murales, pero al no disponer de un estudio con espacio suficiente -pinta en su casa- he tenido que recurrir a esto para conseguir el objetivo».