El viernes pasado disfrutamos, en la Casa de Cultura de Aiete, de la primera sesión de cine correspondiente al ciclo Tres personajes femeninos cumbre de la literatura universal. La siguiente sesión (tertulia y cine) será en febrero y tendrá como protagonista a Madame Bovary, en marzo a Anna Karénina.
En concreto, el pasado 14, pudimos ver La carta de Manuel de Oliveira.
Según decíamos, en la novela de Madame de La Fayette, La princesa de Cleves, (escrita en1672) se realiza un análisis pormenorizado del alma humana y es también una novela de amor en la que asistimos a la lucha entre los sentimientos y la razón en medio de las intrigas de la corte. Este ambiente Manuel de Oliveira lo traslada a la Francia actual, recreando el mundo de pasiones e intereses entre las actuales élites aristocráticas parisinas. Chara Mastroianni lo borda y Pedro Abrunhosa, cantante de moda, (que se interpreta a sí mismo en el filme) será el punto personal -rabiosamente moderno- de Manuel de Oliveira, como director y como portugués. Con más de noventa años -en la actulidad tiene 102 y sigue activo- el maestro de Oliveira continúa ofreciendo lecciones de cine arriesgado y visceral.
En la tetulia del cine-forum volvimos a hablar de la polémica que recientemente ha rodeado al libro de Madame de La Fayette en la vecina Francia, a raiz de las declaraciones del presidente Sarkozy del 2009, en las que señalaba odiar La princesa de Cleves. Se leyeron jugosos comentarios, fue muy divertido.
Hubo un tiempo en que el ocio consistía en salir a la calle, quedar con los amigos, dar una vuelta. Todo eso está pasado. Hoy uno se pone unos auriculares y va como un autómata por la vida. No comparte nada con nadie. Bueno sí, he visto compartir el auricular en el bus. La calle ya no es un espacio de encuentro, sino una magnitud de tiempo: cuanto menos se pase en ella antes se llega al punto deseado. Los chavales tienen los ojos más grandes y los dedos más pequeños porque viven pegados a una pantalla. Nos dicen que los videojuegos sirven «también» para aprender. Yo creo que si juegas un partido de fútbol aprendes más, porque la vida es relacionarte con tus semejantes no con un programa.
Leer un libro fue una buena forma de aprender en el milenio pasado.
Las tertulias una forma de compartir, de vivir juntos, de hacer amigos.
Inauguró, con nosotros, la casa de Cultura de Aiete, el 14 de enero de 2011, con la maravillosa película “La Carta”
El cineasta portugués, Manuel de Oliveira, ha fallecido esta mañana a los 106 años de edad en su domicilio en Oporto, según una fuente de la familia. Considerado el cineasta más prestigioso de su país y uno de los más longevos del mundo, era uno de los pocos directores vivos en haber vivido la transición del cine mudo al cine sonoro y del cine en blanco y negro al de color.
Con más de 60 producciones a sus espaldas, actores internacionales como John Malkovich, Marcello Mastroianni o Catherine Denueve han estado dirigido por él. Ganador del León de Oro del Festival de Venecia por El zapato de raso en 1985 y de la Palma de Oro en Cannes en 2008.
Nacido en Oporto el 11 de diciembre de 1908 en el seno de una familia de holgada posición. Oliveira empezó en el cine actuando en un pequeño papel del cineasta italiano. Años más tarde, en 1931, debutaría tras las cámaras con El Duero, trabajo fluvial, cortometraje documental mudo.
En 1975 con Benilde llegó su reconocimiento internacional. Con más de 60 producciones a sus espaldas, tocó varios géneros. Su última incursión tras las cámaras fue el pasado 2014 con el cortometraje O Velho do Restelo, que presentó en la Sección Oficial del Festival de Sevilla.
En noviembre del 2014, recibió la insignia de la Legión de Oro francesa por el embajador de Francia en Portugal, Jean-François Blarel, en una ceremonia que tuvo lugar en el Museo de la Fundación Serrvales, situado en Oporto, la ciudad natal del realizador. Manoel de Oliveira se convertía en el cuarto portugués distinguido por Francia como gran oficial de la legión de honor
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