Crónicas donostiarras: el mejor alcalde el Tilo

La ciudad de  San Sebastián está sumida en su propia perplejidad.

Los partidos con representación municipal, sumados los votos, tienen 72.865 en total, no llegan a la mitad del censo  (el 49,49 %) y el nuevo gobierno de Bildu ha recogido 21.110 votos –a pesar de toda la campaña mediática con la que obtenido hasta el último de sus apoyos. Bildu  representa el 14,31 % del censo lectoral. Con veinte y un mil votos  van a gobernar una ciudad de 180.000 habitantes. Y lo van a hacer en solitario.

 Mientras tanto los partidos pequeños se quedan fuera del consistorio porque no han pasado la barrera del 5 % (…la ley electoral…)

 Los de Democracia Real Ya dicen: lo llaman democracia y no lo es

 No es extraño que los cronistas municipales de los dos periódicos municipales con más tirada hayan coincidido, sin ponerse de acuerdo, en hablar de los tilos.

 Hablemos pues de los tilos y que salga el sol por donde quiera (Hoy por cierto con eclipse de luna incluido)

 Dicen así las crónicas de la ciudad:

 El aroma de los tilos es parte de nuestra ciudad. Los alcaldes pasan, pero los tilos siguen ahí perfumándonos el arranque de cada verano.

 La plaza de Gipuzkoa a lo largo de este mes de junio cambia de personalidad. Un aroma persistente emana de las flores de sus árboles e inunda los alrededores de estas plantaciones.

 El aroma de los tilos es el más llamativo de cuantos pueden percibirse en las ciudades de nuestro entorno. Aunque otras especies también expelen agradables fragancias, como los magnolios o los pittosporum, los tilos pueden considerarse los reyes del buen olor a lo largo del mes de junio. Quienes quieran disfrutar de él deben pasear, preferentemente al atardecer de un día caluroso, por los numerosos lugares que están jalonados por estos árboles. La avenida de Tolosa, los jardines de Aiete, el paseo de Francia son algunos de los lugares en los que puede disfrutarse del olor de las flores amarillas que, una vez secas, constituyen la famosa infusión tranquilizante que, según los últimos descubrimientos, es buena también para el hígado.

 En la plaza de Gipuzkoa, un cuadrilátero en el que conviven numerosas especies de árboles, hay ahora un importante grupo de tilos, que fueron plantados hace poco más de 30 años, después de que los olmos que se asentaban en el jardín diseñado por Pierre Ducasse se secaran por una enfermedad. En este tiempo, estos ejemplares han llegado a adquirir grandes dimensiones y hoy aportan sombra para los días de calor.

Por otra parte, las abejas que sobreviven al perfume dulce de los tilos fabrican después un tipo de miel muy apreciado, precisamente, por su regusto a tilo o tila.

Otra de las características que los paisajistas y jardineros urbanos destacan de los tilos es que, al ser de hoja caduca, no dan sombra en invierno.

 En nuestro entorno existen también dos especies autóctonas, los tilos de hoja ancha y estrecha  (Tilia platiphylos y tilia cordata; en euskera, ezki hostotxiki y ezki hostozabal)

 El Consistorio donostiarra es el que más gasta en el territorio en la compra de árboles y arbustos: una partida anual de unos 120.000 euros.

 El 16. de enero del 2010 hubo un fuerte temporal en Donostia. Un tilo de varias toneladas, cayó encima de dos vehículos que circulaban por la avenida de Tolosa. Los tres ocupantes salieron milagrosamente ilesos

 Después llegó la calma. ¿Es una metáfora?.

 En noviembre los tilos se ponen amarillos, todos a la vez, un espectáculo gratuito que nos ofrece la naturaleza en plena ciudad. ¿En noviembre todo será maravilloso?

 Las flores de este árbol salen a comienzos del verano y eso debe alimentar nuestra esperanza de que el mal tiempo se quede por fin atrás. Los bidegorris aparecen teñidos de una alfombra de color amarillo debido a las flores que caen de estos árboles. No sé si es también una metáfora de lo que la naturaleza nos recomienda a los donostiarras. Se sabe que la tila tiene propiedades relajantes, somníferas incluso posee propiedades curativas para combatir catarros y otras afecciones. Es el nuevo tiempo que ha llegado. Los dos últimos alcaldes que ha tenido la ciudad, el anterior y el actual, son aficionados al té, pero la naturaleza proporciona tila a los administrados ¿Por qué será? Quizás sea una recomendación para asistir al devenir político con más tranquilidad.

 El aroma de los tilos es parte de nuestra ciudad. Los alcaldes pasan, pero los tilos siguen ahí perfumándonos el arranque de cada verano

5 comentarios en “Crónicas donostiarras: el mejor alcalde el Tilo”

  1. ESTOY más que desconcertada con las reacciones políticas del Sr. Gasco. Miro hacia su época de edil municipal, y después, a la de viceconsejero, y me pregunto cómo diría yo al Sr. Gasco, sin ofenderle, que me preocupa que gaste tanta energía en culpabilizar de su actual situación a otro partido y no tenga la suficiente dignidad política para hacer un pequeño análisis del por qué está en esta situación. Rebobino en mi cabeza, porque después de tanto desatino una anda un poco despistada y creo recordar que ha sido la ciudadanía la que el 22 de mayo ha puesto a cada partido en un lugar determinado para los próximos cuatro años. No se canse, Sr. Gasco y, sobre todo, no nos canse en desviar la atención hacia otro lado. Ud. está donde le ha puesto una ciudadanía responsable y, en muchos casos, defraudada. La ciudadanía es inteligente y reacciona cuando ella decide. Sabe también cómo separar el adorno del contenido. No ha dado la mayoría a nadie, nos gobierna una minoría del 15 % Sr. Gasco, -como en Catalunya- para que nos demuestren Uds. que están a la altura de la gente y tendrán que llegar a acuerdos. Y tendrán, Sr. Gasco, que oírnos y escucharnos de verdad, con seriedad, no como hasta ahora. En eso de escuchar empiece por su propio grupo de concejales, de algunos de los cuales he constatado más de una vez su ética. Porque, algunas personas, Sr. Gasco, sabemos reconocer que no todo ha sido malo. No sé por qué no entiende que su puesto está ahora en una oposición responsable; algo, por cierto, que no se ha dejado hacer en legislaturas precedentes. No tenga miedo Respire, tranquilícese, sea humilde, mire alrededor y vea qué puede hacer por una ciudad que no es sólo suya Donostia parece haberle dado la espalda pero a ustedes corresponde luchar, con lealtad, para recuperar lo perdido. No es malo remover los asientos de quienes se han endiosado.

    Helena Palacios

  2. Pasarela de Mompás

    Me gusta la preocupación ecológica del nuevo gobierno municipal, y me sumo a ella. Dicho esto, creo que no deberíamos confundir conceptos. Preocuparse por el medio natural no implica no construir nada. Lo que implica es una construcción sostenible. Y con esto sale a colación la pasarela del Mompás, pero se puede extrapolar a todos los proyectos venideros. Siéntense todos los partidos a la mesa, y analicen juntos el proyecto, tanto los que creen que es agresivo como los que creen que debe hacerse. La arquitectura ha llegado a un punto en el que la construcción sostenible se impone y estoy segurísimo de que hay una solución que satisface a todos, ya que no estamos para tirar esos millones de inversión. Esto puede aplicarse a los proyectos venideros. La experimentación con arquitectura sostenible es el futuro y punto de encuentro de toda ideología, municipalmente hablando. También es un punto útil más para la cultura ciudadana. Piénsenlo.
    Antoine

  3. LOS PARAGUAS SON PARA EL VERANO

    El otro día vimos los aspersores de agua que han puesto en los jardines de la plaza Cervantes soltando agua a espuertas. ¿Pero para qué riegan? Lo de ir al Festival de Jazz con jersey… qué quieren que les diga. Respetó la meteo el concierto de B.B. King pero los demás días… Lo que no sé es cómo relacionar este virus meteorológico otoñal con la proliferación de heladerías de la que hace gala esta ciudad. Si por algo se distinguía San Sebastián hasta ahora era por contar con más panaderías por m2 que nadie y que el ratio de peluquerías también se sale de la tabla -ejemplo:los soportales de Etxadi-. Pero lo de las heladerías es un misterio y de esas Aiete ni se estrena. Es que ahora en el centro no sólo se abren nuevas heladerías, sino que también el yogur nos lo dan helado en ese nuevo establecimiento de la calle Urbieta. ¿Qué tal colocar en el barrio un puesto de castañas asadas?

  4. Paraguas para el sol

    ¿Por qué hay que hablar de mal tiempo? En realidad, tampoco es tan grave que cada mañana amanezca con una deprimente cortina de agua tras los cristales, que sea imposible bajar a por el pan sin capucha o que los turistas deambulen medio desolados con sus capas impermeables bajo un cielo que disfraza a Donostia con su traje más gris.

    Para eso tenemos Casa de Cultura en Aiete (¡Ah eso sí sólo por las mañanas porque por las tardes esta cerrada a cal y canto! Será porque después de comer llueve menos -¿o no?-)

    En la Casa de Cultura (eso sí sólo por las mañanas) podemos disfrutar de la lectura y la música y, los chavales, del Gazteleku. Aunque por la tarde haya que recuperar las botas pese a que el armario esconde un par de sandalias sin estrenar o porque las predicciones auguren que agosto será aún peor que este húmedo julio.

    (También dicen que se fuma menos, porque hay que tener muchas ganas de degustarse un winston para salir a la calle en plena chaparrada).

    Este verano de 2011 no quiere ser verano, ni luminoso. Ni brillante ni alegre. Ha adquirido vida propia y se niega a ser lo que la mayoría espera, enquistado en sus borrascas y en sus precipitaciones.

    Esa es la ventaja de haber ido a la Magna Grecia (luminosa, brillante, alegre). El día de Pompeya calentaba de lo lindo. Que nos quiten lo bailao…¡Y bajo paraguas!

  5. Estar en la inopia

    La inopia es un estado mental monógamo, encapsulado y multidisciplinar. En el momento en el que te informas de algo, ya sea vagamente, un dato te lleva a otro hasta que un buen día te despiertas convertido en todo un experto. La ignorancia sería una arcadia feliz si no resultara más laboriosa que la erudición.
    Por lo demás, cualquier recién llegado a puestos de responsabilidad tiene el derecho -e incluso la obligación- de pedir un tiempo para ponerse al día, transcurrido el cual deberá fijar posiciones, de forma que también la oposición pueda explicar por qué está en contra.
    En cualquier caso, hay que mantener el optimismo ya que, en política al menos, el cargo siempre acaba por devorar a su titular, sometiéndole a los implacables rigores de la gestión del día a día. Y esta regla se cumple inexorablemente, para bien y también para mal, véanse los casos de Zapatero u Obama. Los nuevos cargos tan sólo necesitan tiempo y eso es lo único que tenemos de sobra. De momento, claro.

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