Los partidos que obtuvieron representación institucional el 22-M tienen la inexcusable obligación política de cumplir los programas con los que se presentaron a las elecciones, y no tornar en espinas lo que comprometiron como pétalos.
Lo que vemos, sin embargo, es que su objetivo es el de mejorar los magros resultados que obtuvieron en las urnas -todos los partidos tuvieron resultados exiguos ( por ejemplo, en Donostia, el nuevo alcalde tiene el apoyo de un 17,48 % de donostiarras, menos de uno de cada cinco).
En general los nuevos gobiernos municipales consiguen atraer a su favor la complicidad de otras formaciones en la constitución de las recientes corporaciones locales, cuando en sus mítines decían que no se alinearían con este o con el otro, que no harían frentes, que se iban a valer ellos solos, ahora se junta o se alían.
Lejos de exponer esta verdad en toda su crudeza (que los votantes se enteren, que la gente lo sepa, que los del 15M no se carguen de más razón, de la razón evidente, que estas elecciones consagran)…llevan semanas e incluso meses entreteniéndose en jugar, como si fueran trileros, con principios que un día exponen con pompa y circunstancia para cambiarlos por otros al día siguiente. Principios que han vuelto a ser a ser sustituidos hoy, cuando electos y dirigentes están justificando lo ocurrido en la elección de los alcaldes.
Ya lo dijo Groucho Marx: «Estos son mis principios. Si a usted no le gustan tengo otros». Pero ese eclecticismo interesado no es solo reflejo de la picaresca e incluso del cinismo que rodea siempre a las negociaciones postelectorales. Revela también las taras ideológicas que presentan los protagonistas de la política, tan proclives a compatibilizar lo uno y su contrario.
sobre un párrafo tomado prestado a Kepa Aulestia
Quisiera ser alcalde Donostiakua
Los resultados de escribir sobre un artículo anterior comentarios del presente no siempre son acertados. Más bien se prestan a confusión (y no sólo en los tiempos verbales). Aunque a duras penas, la intención de Lantxabe al trascribir esta nota –sobre artículo de K Aulestia- que leo y comento es, sin embargo, evidente. Mucha gente además estará de acuerdo ¿Cuánta?
Hay una forma de saberlo. El nuevo alcalde de la ciudad proclama a los cuatro vientos la importancia de la participación ciudadana. Dice estar dispuesto a sacar a votación popular cada uno de los proyectos importantes que tiene en su programa (?) o que ahora están en marcha o proceso en la ciudad (TAV, pasarela del Mompás, etc). Pero, si asume como cierto que menos de uno de cada cinco donostiarras le han dado su apoyo ¿Estaría de acuerdo en preguntar a los ciudadanos si quieren que sea su alcalde? Es una forma de empezar con buen pie y creíble.
Pero una cosa es predicar y otra dar trigo; ahora bien, tenemos una amplia experiencia de qué ocurre con gobiernos de representaciones mínimas.
Palazio eder bat
Concharen gaienean
ez da haizerik sartzen, maitia
ez dabilenian.
ez da euririk sartzen, maitia
ateri danian.
Pela Frodo
En Donostia el censo electoral para el 22 de mayo era de 147.531 electores. A Bildu le votaron 21.392 personas, luego obtuvo el 14,5 % del electorado (de cada 7 personas que pudieron votar, una eligió la opción Bildu). Para las demás opciones políticas el ratio es todavía menor. De hecho si sumamos los votos de los cuatro partidos con representación municipal no llegan ni a la mitad del censo. Por eso los del 15 M proclaman ¡Le llaman democracia y no lo es!
Para ir al fondo del asunto ¿Una persona puede tomar decisiones en nombre de otras seis que no le han elegido y que, incluso, le son manifiestamente hostiles?
¿Podemos felicitarnos de un sistema electoral que barre de la representación popular a la mitad de los ciudadanos?
Fonseca Luiz
Si miramos los resultados electorales desde el barrio de Aiete, PP ha sacado 1160 votos, el 12,9 % del censo del barrio; PSE ha sacado 964 votos, el 12,1 %; PNV 916, 10,2 %, y Bildu obtuvo 787 votos, el 8,7 % del censo del barrio (menos de uno de cada diez aietearras apoyan a Bildu).
Siguiendo la filosofía autodeterminista del nuevo alcalde ¿Permitirá al barrio tomar sus propias decisiones en asuntos de nuestra incumbencia: Casa de Cultura, Ambulatorio, Escuela Pública, Plan de movilidad, Piscinas, Campo de Puio, Jardines del Palacio y Topaleku, etc.?
Arkaitz Mediavilla
A mí lo de la desanexión de Igeldo me parece de un aldeanismo chocante, a no ser que subyazgan proyectos de los que por hoy no se habla, ¿ cómo se puede querer desanexionar algo de una ciudad como Donostia? Pero lo más divertido es ser alcalde de una ciudad de la que te quieres separar…seguro que si buscamos en la tragedia griega encontramos casos así, había castas de lo más originales… si lo encuentro lo pongo en la web.
Por último, tanta consulta, tanta consulta…¿ No se está ocultando una falta total de programa para la ciudad?, pues si no tienen programa que continuen con los proyectos en marcha, así van aprendiendo.
En la Europa más desarrollada se consulta a sus habitantes sobre cuestiones de todo tipo. Además de mantenerse más informados en los debates previos, y conocer de las diferentes visones de los partidos políticos mediante una dinámica muy interesante y atractiva en los medios de comunicación, los ciudadanos se sienten más implicados y responsables en la buena marcha de la ciudad, que por ello mejora. Bildu presenta como principal aspiración y seña de identidad, la participación ciudadana, que las nuevas tecnologías facilitan enormemente. En tres meses el Ayuntamiento puede adjudicar una clave personal de acceso a todos los donostiarras de modo que estos puedan votar en una página web, desde sus ordenadores o en los del propio Ayuntamiento y administraciones públicas. Ya no hay excusa para demorarlas más.
Le recuerdo al alcalde lo que escribí el pasado 11 de junio:
«Si miramos los resultados electorales desde el barrio de Aiete, PP ha sacado 1160 votos, el 12,9 % del censo del barrio; PSE ha sacado 964 votos, el 12,1 %; PNV 916, 10,2 %, y Bildu obtuvo 787 votos, el 8,7 % del censo del barrio (menos de uno de cada diez aietearras apoyan a Bildu).
Siguiendo la filosofía autodeterminista del nuevo alcalde ¿Permitirá al barrio tomar sus propias decisiones en asuntos de nuestra incumbencia: Casa de Cultura, Ambulatorio, Escuela Pública, Plan de movilidad, Piscinas, Campo de Puio, Jardines del Palacio y Topaleku, etc.?»
Pues va a ser que no.
Se ha reunido con los antiguos alcaldes pero ¿Y los vecinos? ¿Al alcalde le importan algo los vecinos de Aiete? ¿No sabe que fueron ellos los que más se empeñaron en la casa de cultura? No no lo sabe, está entre lo que tiene que estudiar este verano.
El asunto es que esa pose de todo por el pueblo (pero sin el pueblo) les cuesta muy caro a los munícipes ¿No es así?