Hicimos bien en pelear porque el palacio de Ayete se mutara en casa de cultura, porque las conclusiones de los expertos sobre el Valle de los Caidos son de una tibieza sorprendente: a lo máximo que han llegado es a proponer el traslado de los restos de Franco si la Iglesia lo acepta. ¿La Iglesia…? ¿Es la Iglesia entonces la dueña del destino del cadáver de un dictador, corresponsable de una Guerra Civil sangrienta como pocas y responsable absoluto de centenares de miles de asesinatos, millones de exilios, penas de cárcel y otras brutales formas de represión, y largas décadas de oscurantismo y miseria material e intelectual?
Al final resulta que el dictador y su principal sostén siguen unidos en pleno siglo XXI, 36 años después de su muerte. Inaudito. Mucho más cuando, para colmo, el Valle de los Caídos no es propiedad de la Iglesia, sino de todos los ciudadanos españoles a través de Patrimonio Nacional. Claro que ya era inaudito que la tumba de Franco haya permanecido todo este tiempo ahí, en un lugar de titularidad estatal y símbolo perfecto de todo el horror de la represión que provocó su régimen.
Parece, en efecto, que a los expertos se les ha olvidado recordar cómo se construyó ese edificio monstruoso (estética y éticamente): lo hicieron los presos republicanos del campo de concentración de Cuelgamuros, sometidos a condiciones casi de esclavitud. Lo único digno que se puede hacer con un lugar así es sacar de él la momia del Jefe de los Verdugos y convertirlo en un museo sobre la historia de todo aquel horror.
Franco desapareció hace mas de 40 años y a casi nadie le importa ya este tema que algunos estais empeñados en resucitar.
Por desgracia hubo una Guerra y por suerte, la mayoría ya no se acuerrda de ella.
Además, deberíamos de cuidar la utilización de la veb, que tu llamas de los vecinos, para fines políticos.
La importancia de la memoria (ciudadana, personal, vecinal, histórica, ética)
En los jardines del palacio de Ayete tenemos una obra del escultor Juan José Novella bautizada con el nombre de “Urte Haietan”. Semeja una puerta entreabierta que simboliza la que víctimas del franquismo pretendían abrir. Cuando presentó la obra Novella señaló “Nosotros hemos abierto esta puerta por ellos”,.
La obra tiene una altura de 3,5 metros y está realizada en acero al carbono. Está instalada junto a la Casa de la Paz y los Derechos Humanos, desde el 30 de abril pasado.
La obra fue la ganadora del concurso público para la creación de una escultura en memoria y recuerdo de las víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura Franquista en el Parque Cultural Aiete.
En esta web existen varias citas de la escultura. Además, al cliquear «Memoria», encontraremos referencias, de todo tipo, culturales. incluso emocionales, a esta bella palabra.
1936ko iraila eta 1942ko abendua bitartean ia 400 donostiar ejekutatu zituzten frankistek, hiriak sekula izan duen razzia politokoria handienean. Beste ehunka miliziano fronteak hil ziren edota espetxe zigor luzea jasan zuten, beste hainbeste haur erbestera eraman zituzten eta beste hainbat donostiar ansíen exterminio-esparruetan gaseztatuta hil zituzten.
Entre setiembre de 1936 y diciembre de 1942, cerca de 400 donostiarras fueron ejecutados por el franquismo, la mayor razia política registrada en la historia de la ciudad. Otros centenares de milicianos murieron en el frente o sufrieron prisión prolongada, otros tantos niños marcharon al exilio, e incluso algunos otros donostiarras murieron gaseados en los campos de exterminio nazis.
Iñaki E