La alegoría de los cisnes de Aiete

Para muchos expertos, visitantes, vecinos y ciudadanos de Donostia, los jardines del palacio de Aiete están entre los más bonitos de España.

Es un parque pequeño pero con un encanto especial. Son unas 8 hectáreas que rodean el palacio de Aiete, en la zona alta de Donostia. Es una delicia pasear entre sus más de cien especies diferentes de árboles y plantas, praderas verdes y cuidados jardines, además de contemplar el estanque con sus cisnes y patos, o la gruta y la cascada artificial.

Los jardines tienen dos nuevos inquilinos: dos preciosos cisnes nacidos el pasado verano que surcan las aguas del estanque frente a la Casa de la Paz y los Derechos Humanos.

Aquellos pequeños crecieron bajo el cuidado de su madre, de la que no se separaban ni un momento y hoy son dos hermosos ejemplares -como se puede ver en la foto-. Ellos son la atracción de todas las personas que se acercan hasta el lugar, pero en especial de los niños y niñas.

Marcial Otegui, que ha hecho de padre, ha logrado que “las gaviotas respetan esta preciosa estampa”, ha estado muy cerda de ellos también para “advertir a los visitantes del parque que respeten a los cisnes sin pasar la valla, a fin de que principalmente el macho no ataque a los niños”.

Hoy está satisfecho. Eran muchos los que vaticinaban el deterioro de los jardines si el cerrado palacio se abría a la ciudadanía, Marcial, junto con Lantxabe, asociación de la que es vicepresidente, se empeñó en lo contrario. Tenemos casa de cultura con la alegoría de que “después de varios años de sequía, la pareja de cisnes del lago de los jardines de Aiete, han multiplicado su presencia”. Y las crías se han hecho adultas y él cuida de que sigan viviendo con nosotros, para disfrute de todos, como símbolo de que lo natural crece en en los jardines al lado de la gente, de mucha gente.

 

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