¿Dónde está la frontera entre la pertenencia a la familia real, el lucro personal y las finanzas públicas? En ese territorio donde se hace necesario un delicado equilibrio entró muy pronto Iñaki Urdangarin. Y además lo hizo en el mundo del deporte, donde todas las piezas encajaban a la perfección: ex medallista olímpico casado con una infanta, deportista también y miembro de una familia real en la que casi todos han sido olímpicos alguna vez. De Urdangarin se había dicho en su tiempo que era el yerno perfecto en una casa donde el heredero parecía empeñado en mantener una larga soltería: Iñaki era guapo, rubio, de buena familia, cuerpo de atleta, vasco de origen, catalán de adopción y estrella del deporte. Lo que no se dijo es cómo sería su vida después del enlace: ¿un adorno con buen aspecto? Su actividad en el mundo del deporte podía tener dos vías: la puramente representativa o la de los negocios. Y eligió la última. ¿Quién le ayudó?
E. Vázquez dirige estas líneas al Club Deportivo Fortuna: «El Fortuna es un club que realiza magníficas actividades deportivas y que con todo merecimiento será nuestro próximo Tambor de Oro. Ahora bien, como vecina y presidenta de la Comunidad de Propietarios Sanserreka 25-35 no comprendo cómo el CD Fortuna ha podido realquilar el Polideportivo Pío Baroja para un cotillón de fin de año. Los dirigentes del Fortuna han demostrado repetidas veces que ante los problemas saben hacer autocrítica. Les invito a hacerlo con ocasión de esta queja, que estoy segura comparten todos los muchísimos vecinos residentes en los alrededores del polideportivo. Mis preguntas: antes del cotillón: ¿Valoró el Club el impacto que tendría el cotillón en una zona residencial? ¿Valoró las consecuencias de utilizar un polideportivo para una actividad propia de discoteca? Y si lo hizo, ¿cuál fue el nivel sonoro previsto fuera del polideportivo? Lo cierto es que durante el cotillón el nivel sonoro en el entorno del polideportivo fue muy elevado, de forma que todo nuestro edificio vibró al son de la música, dificultando muchísimo el descanso de los vecinos. Sabido esto, pido al Club que reflexione: ¿está dispuesto el Fortuna a repetir la experiencia, obteniendo de nuevo un beneficio económico a cuenta del bienestar de los vecinos de Pío Baroja y Sanserreka? Estoy segura de que no, pero si no fuera así, sepa que tendrá a nuestra comunidad (y seguramente a todas las colindantes) en contra del Club. ¡A rectificar y Urte Berri On!».
Como chiste no está mal, pero el yernísimo la ha liado parda. Cito algunos de los nuevos datos del desaguisado, puntas visibles de un iceberg de dimensiones todavía desconocidas: se habla de ahora de 6 millones de euros de comisiones, de nuevas razones de fondo para la ubicación de la familia Borbón-Urdangarin en Washington, de los favores y llamadas a César Alierta, (director de telefónica puesto por Aznar), de las reuniones en despachos del palacio de Marivent –residencia oficial de verano de los Borbones en Palma- para negociar contratos con políticos del PP , de los costes globales y reales del “palacete” de Pedralbes -dejando aparte su mantenimiento- que superan los 11 millones de euros, de los procedimientos seguidos en la obtención de las hipotecas, del entorno ESADE, y de algunas “minucias” más. Vayan sumando y no olviden las antiguas denuncias.
Ni las conexiones con los gobiernos de Valencia (Camps) y de Baleares (Mata). Menuda trama.
¿Recuerdan la boda? En síntesis: se casaron en la catedral de Barcelona, ni más ni menos, misa en directo filmada por Pilar Miró, con la ciudad de los prodigios paralizada. Lean si tienen tiempo los titulares. Los de La Vanguardia por ejemplo. Cristina de Borbón era una “empleada”, sin duda muy singular, de “La Caixa”, la principal entidad financiera de Catalunya. Una antología de titulares y comentarios sobre esta “etapa profesional” de la princesa nos dejaría con la boca tan abierta como si estuviéramos oyendo la obertura del Tannhaüser. En su etapa de jugador de balonmano, los elogios sobre el yernísimo eran casi sonrojantes. El joven perfecto: deportista, guapo, alto-altísimo, culto, amable y, además, estudiante de Empresariales. Los adjetivos se fueron acumulando; ni un solo comentario crítico. Incluso los encuentros amorosos de la pareja fueron objeto de alabanzas, comentarios cariñosos y de comprensiones sin fin. Lo nunca visto, la Monarquía por fin estaba a la altura de la modernidad e incluso de la postmodernidad. Eran, se dijo una y mil veces, una pareja normal, como todas las demás. Se querían, querían ser felices y trabajaban para ello como buenos profesionales. Pera ha pasado el tiempo y ahora … Henning Mankell lo expresó así hace casi dos décadas: “[…] Nadie remendaba ya los viejos calcetines. Toda la sociedad se transformó. Gastar y tirar fue la única regla que abarcaba de verdad a todo el mundo”. El autor de La quina mujer añadió: “Seguro que había quienes se empecinaban en remendar sus calcetines. Pero a ésos ni se les veía ni se les oía”.