La plataforma de pensionistas de Gipuzkoa se concentró ayer en la plaza Pío XII de Donostia, cercana a la sede de la Subdelegación del Gobierno, para mostrar su rechazo contra las medidas de «repago impuestas por el Gobierno del PP». Tras una pancarta, una veintena de jubilados protestó contra las medidas aprobadas por el Ejecutivo de Rajoy que, entre otras cosas, obligarán a los pensionistas a pagar el 10% de los medicamentos cuando, hasta ahora, les resultaban gratis. Concentraciones de este tipo se repitieron ayer en otras ciudades vascas y del Estado
ng- Sábado, 28 de Abril de 2012
La decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de proponer a las comunidades autónomas la necesidad de que todos los jubilados paguen al menos el 10% del precio de sus medicamentos -podría ser hasta 20% en el caso de las pensiones más altas- ha tenido como consecuencia el «enfado» de los jubilados guipuzcoanos.
El presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas del País Vasco y Navarra, Txema Odriozola, ha declarado que «estamos muy enfadados. Nos han engañado. Nos han congelado las pensiones cuando dijeron que no lo iban a hacer y ahora nos quieren poner un nuevo impuesto sanitario cuando llevamos toda la vida pagando a la seguridad social
se han ganado su jubilacion porque su pension esta basada en lo trabajado por lo tanto no les regalan el dinero!!!!!!!! No diria eso de todos aquellos que cobran sin trabajar entre 20 y 60 años sin haber pegado un palo al agua. Me parece injusto que sean los que mas necesitan medecina (debido a los fallos del cuerpo humano envejeciendo) los que deben pagarsela y encima con una pension que no puede variar a mas!!!!!! De verdad os deberiais de solidarizar porque eso es vuestro futuro tambien y quizas el vuestro sera mas negro aun!!!!!
Este gobierno un desproposito tras otro. Y todo para pagar las deudas que han contraido. deudas contraidas por la mala gestión de los gobiernos sucesivos. deudas para construir aeropuertos que no van a ningun sitio. Trenes de velocidades imposibles de pagar, museos vacios de contenido, puentes y edificios de paises millonarios construidos a base de deudas. Pisos tres veces mas caros de lo que valen. Politicos corruptos que se llevan lo que pueden a paraisos fiscales, gentes de poder adquisitivo que no se les obliga a pagar impuestos por el miedo a que se vayan ( que se vayan porque nos salen muy caros) Todos estos desmanes y encima perdonar las deudas a los evasores de capitales y defraudadores. Todo esto a pagar a escote por los jubilados, parados y trabajadores en precario cada día más. Tambien por los niños y jovenes que veran mermado su derecho a la educación y estudios superiores. España debe sentar la cabeza de una vez. debe suprimir lo superfluo. Corona, guerras exteriores, clero, famosos que no pagan, asesores de politicos ignorantes, cochazos de lujos, comidas y fiestas suntuosas ( boda hija Aznar, bodas reales, visitas papales y demas adsurdidades. hay que colocar la prioridades en su lugar. Sanidad, educación, pensionistas y parados deben ser protegidos por el gobierno y no expoliados
La derecha siempre será mucho más diestra que la izquierda en el manejo del poder. Esta afirmación, que a primera vista se diría absurda, lo sigue pareciendo tras una meditada reflexión, lo que no quita para que sea un hecho incontestable que Rajoy apenas ha invertido cuatro meses en incumplir minuciosamente su programa electoral, algo que a Zapatero le llevó varios varios años de trabajo a tiempo completo.
Además, así como el último presidente socialista se dosificó hasta el punto de ‘traicionar’ a los muertos en su primera legislatura y a los vivos en la segunda, Mariano ha preferido vejar a los unos y a los otros de forma simultánea, obedeciendo con seguridad a su peculiar forma de entender la economía del tiempo, así como en la Tierra como en Bruselas.
La izquierda trabajaba antaño por un mundo que estaba por llegar. Hasta eso le ha robado la derecha. Ahora, los dirigentes conservadores se conceden la cortesía de anunciar con un año de antelación las subidas de impuestos que prometieron no aprobar jamás. En contra de lo publicado, no es su último cartucho, sino el penúltimo. Siempre les queda acometer un incremento del IVA con carácter retroactivo para 2010 y 2011. Podrá apelar Rajoy a “la herencia recibida”. Su sucesor en el cargo no tendrá tanta suerte ya que no encontrará legado alguno que dilapidar.
Estamos a merced de un gobierno cuyo objetivo confeso es conseguir que dos millones de parados los cinco millones y medio actuales hayan encontrado empleo, allá por 2020. En la medida de lo posible, aplazaremos nuestras vidas hasta entonces. Es posible que, agobiados por el sentimiento de culpa, algunos incluso alcen la voz para exigir que, de una vez por todas, les sean aplicadas medidas más contundentes.
Todo esto implica que unos cuantos españoles que nacieron entre cartillas de racionamiento morirán instalados en la penuria económica. La historia de este país siempre termina siendo el viaje a ninguna parte de un vagón de ganado, que no dejó de serlo siquiera durante la parte del trayecto que cubrió en ‘business class’.
Ahora mismo, los gobiernos se limitan a seguir las instrucciones que reciben, si es el central, las de Bruselas y si es autonómico, las del central. A este proceso de dimisiones en cadena se le ha dado en llamar cesión de soberanía. Ahora se entiende mejor el desistimiento de Urkullu en acogerse a la fórmula de “humillado ante dios” en su toma de posesión: hubiera sido dar demasiadas pistas, teniendo en cuenta que ‘dios’ es tan sólo el nick bajo el que actúa el sumo hacedor, tan terrenal como el parqué bursátil.
Estamos ante un ejemplo de manual sobre cómo los mismos que proclaman enérgicamente que “ha llegado la hora de hacer política con mayúsculas” se acogen a todo tipo de subterfugios -en este caso tan peregrinos como la necesidad de actualizar sin prisas el sistema informático-, para demorar la puesta en marcha de este mecanismo corrector que obliga al ciudadano a abonar dos veces los medicamentos.
Antes que encargar estériles informes, los políticos deberían asumir que nada resultaría más edificante a los ojos de los ciudadanos que actuar de acuerdo con su propia conciencia. A falta de pruebas fehacientes, dejando a un lado la asignatura de la democracia como teología, demostraría la existencia de unos principios inquebrantables en el seno de los partidos y probaría que cuando sus dirigentes hablan de “líneas rojas” no se refieren al color que produce la vergüenza.
Urkullu y Rajoy no tienen remedio