Se ampliaron las aceras para facilitar la vida a los peatones que cada vez que querían subir al Alto de Errondo se jugaban el tipo, pero el resultado del ensanchamiento de los bordillos del vial no ha contentado a todos. Trabajadores de Dbus alertaron al consistorio sobre el riesgo al que se exponen cada vez que ascienden desde el Paseo de Errondo a Aiete, y exigieron la adopción de medidas urgentes aludiendo de forma velada incluso a la huelga.
Según se recoge en un informe de la Compañía del Tranvía, desde la intervención en el vial se han venido produciendo «innumerables situaciones problemáticas» con incidencia directa sobre el transporte público. Al parecer, cuando se cruzan los autobuses de la línea 23 y 32, debido a la estrechez de la calzada, se ven obligados a detenerse y maniobrar para posibilitar el desembotellamiento. En consecuencia se produce un menoscabo de la puntualidad y velocidad de los autobuses, y por ende de la calidad del servicio. Por eso se han estudiado varias alternativas que van en la línea de permitir que el transporte público circule por el Alto de Errondo solo en sentido subida hacia la clínica San Juan de Dios, o revertir la obra en algunos puntos y devolver a la calzada su anchura original.