1 comentario en “El FMI urgió a restaurar la confianza y preservar la estabilidad financiera”
Lourdes Coronado
esta mujer octogenaria se ha convertido en una de las mujeres más célebres del verano. Su hazaña, en cuanto saltó a la esfera pública desde un blog del Centro de Estudios Borjanos —que ha seguido con atención los avatares de la pintura—, se convirtió en una de las noticias más leídas de las webs de Le Monde, el Telegraph o la BBC. Y, en las redes sociales, incluida esta web de Lantxabe, Hay quienes se acuerdan de una secuencia de Mr. Bean, en la que el cómico británico, por intentar arreglar la mancha provocada por su estornudo, termina destrozando un cuadro de James Whistler.
Sin embargo, el Ecce homo de la iglesia de Borja no tiene la relevancia artística de ninguna obra maestra que exija una intervención urgente de las autoridades pertinentes. Así que por mucha solemnidad que se ponga desde ese lado, el desaforado interés que ha despertado esta peculiar restauración no puede interpretarse como un gesto de preocupación por el patrimonio artístico universal.
El signo de los tiempos tiene más que ver con este seudomontaje que se exhibe en el dibujo. El coraje de una mujer mayor que decide por su cuenta arreglar lo que se está estropeando despierta la mayor de las simpatías, porque ese el coraje que echamos en falta en otros sectores sociales. Este Ecce homo de Borja puede tener un efecto terapéutico en estos tiempos en que todo está maltrecho. Y los de Rajoy y los de las TV basura se empeñan en estropearlo más.
esta mujer octogenaria se ha convertido en una de las mujeres más célebres del verano. Su hazaña, en cuanto saltó a la esfera pública desde un blog del Centro de Estudios Borjanos —que ha seguido con atención los avatares de la pintura—, se convirtió en una de las noticias más leídas de las webs de Le Monde, el Telegraph o la BBC. Y, en las redes sociales, incluida esta web de Lantxabe, Hay quienes se acuerdan de una secuencia de Mr. Bean, en la que el cómico británico, por intentar arreglar la mancha provocada por su estornudo, termina destrozando un cuadro de James Whistler.
Sin embargo, el Ecce homo de la iglesia de Borja no tiene la relevancia artística de ninguna obra maestra que exija una intervención urgente de las autoridades pertinentes. Así que por mucha solemnidad que se ponga desde ese lado, el desaforado interés que ha despertado esta peculiar restauración no puede interpretarse como un gesto de preocupación por el patrimonio artístico universal.
El signo de los tiempos tiene más que ver con este seudomontaje que se exhibe en el dibujo. El coraje de una mujer mayor que decide por su cuenta arreglar lo que se está estropeando despierta la mayor de las simpatías, porque ese el coraje que echamos en falta en otros sectores sociales. Este Ecce homo de Borja puede tener un efecto terapéutico en estos tiempos en que todo está maltrecho. Y los de Rajoy y los de las TV basura se empeñan en estropearlo más.