El documental sobre la vida de Aldecoa, la huida al paraíso es un bellísimo film, extraordinariamente concebido y realizado. Una película de 60 mn con amplias dosis de poesía (como la obra de Ignacio), con una fotografía encantadora y con un paisaje cargado de intención y de emoción, fiel reflejo de la idea de su autor, el joven canario Miguel J. Morales. Cuando acabó la proyección nos quedamos clavados en la silla. (Salón de actos pleno de asistencia, como se puede ver en la foto, con un aforo de 150 personas)
La cinta de Miguel ha conseguido llevar a la imagen el mundo literario de Ignacio Aldecoa en el que las palabras escritas puedan ser devueltas a la novela desde la emoción del propio lector (¡Y el documental lo consigue!).
Los seguidores de este clásico de literatura llevada al cine nos encontramos con la mejor síntesis de este proyecto: pudimos ver, palpar y sentir entre nosotros a Ignacio Aldecoa, su obra y su particular e independiente personalidad.
Miguel G Morales, nos hizo, además, enamorarnos de Canarias, de cada una de sus islas, de cada una de sus culturas, de cada uno de sus paisajes.
Nuestra experiencia nos dicta que detrás de una gran película suele haber un gran guión, o una gran novela. Miguel se dejó llevar por el “Cuaderno de Godo”, por su poesía, su picardía, su ironía, su maravillosa insularidad. Encontró las personas adecuadas para la consulta y la entrevista (tirando de archivo a veces, como con Josefina Aldecoa, su compañera); Susana, su hija, «Para él los paraísos siempre estaban lejos»; sus amigos Mario Camus (el día 14 de diciembre con nosotros), José Luis García Sánchez, Juan Luis Galiardo, Juan Diego, Rafael Azcona, Caballero Bonald…. Sus testimonios describen a nuestro paisano de Vitoria como un hombre de unión de la amistad. Pero además contó con el guionista más adecuado, Juan Cruz, y con la voz de Iñaki Gabilondo que parece especialmente modulada para leer el “Cuaderno de Godo”
La gente que intervino en el coloquio pudo decir “¿y todas esas historias son obras de un vasco tan suyo, tan personal? ¡Qué pena que no sea más conocido entre nosotros!… Tampoco las autoridades canarias hacen mucho por darle a conocer.
Esta no es cuestión menor, comprobar que si los gestores políticos de las islas Canarias tuvieran un poco de sensibilidad y amor propio, podían hacer de “Aldecoa, la huida al paraiso” el mejor documental turístico para las islas; pero los allí, igual que lo de aquí, están a otra cosa, no se le puede pedir peras al olmo.
A nosotros Miguel nos dejó unas entrañables ganas de ir a la Graciosa, a la isla de Lobos, a Corralejo en Fuerteventura, a Lanzarote, a La Palma, al Hierro, a Gomera y a su ciudad Puerto la Cruz.
Nos volveremos a ver.