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Mañana lunes, día 24, a las once y media de la mañana, en la plazoleta de Etxadi, recibiremos al carbonero más famoso de Gipuzkoa. Tras un largo viaje desde las montañas, la primera visita que realizará el Olentzero será precisamente Aiete y allí conocerá a las niñas y niños que le esperarán atónitos, alegres y esperanzados para sus deseos y sus juegos.
El Olentzero primero visitará los comercios de los soportales de Etxadi acompañado del coro compuesto por niñas y niños, amás y aitás, que entonarán diversas canciones de navidad, algunos sacarán fotos y otros grabarán vídeos. El cortejo se detendrá en el vetusto Topaleku y tras atravesar los jardines del palacio de Aiete, en una larga y festiva comitiva, llegará a la Casa de Cultura, visitará el Haurtxoko, dónde recibirá a otro grupo de niñas y niños (Mañana domingo, el Olentzero recogerá en persona de 11:30 a 14:00 y en este haurtxoko las cartas de los más peques). Luego le esperan en Munto-Berri y su flamante plaza porticada y a eso de la una de la tarde llegará a la Parroquia. Allí le recibirá el párroco con un piscolabis y ardo goxo para todos.
¡Quién sabe si nuestro Olentzero este año vendrá con Mari Domingi!
¿Por qué Aiete es el primer barrio que visita el Olentzero? Por que es el primero de Donostia según se viene de los montes de Hernani y de la provincia (las montañas donde habita el carbonero de Gipuzkoa son las mágicas del Ernio y las más lejanas de Aralar o el Aitzgorri). En efecto Aiete está en la prolongación rural donostiarra que une San Sebastián con Hernani. De Aiete ya se hablaba en el Fuero de San Sebastián de Sancho el Sabio de Navarra (1150-1194). En 1960 tenía 1.926 habitantes y 334 edificios, la mayoría adustos caseríos que han ido derribando sin piedad y sobre los que se ha construido el nuevo barrio; precisamente su toponimia -Katxola, Paraiso, Oriamendi, Miramon, Pagola, Bera-Bera, Etxadi, Borroto, Puio, Errondo, Munto, Melodi, etc- está tomada de esos viejos caseríos
Desde esta óptica es normal que el Olentzero sienta especial interés por este barrio: va en busca de su propia casa. Aunque el carbonero se encuentra con un barrio cada vez más diferente, porque todo cambia y evoluciona. Ahora en Aiete tenemos 15.662 habitantes, diez veces más que hace 50 años. El Olentzero se va a encontrar con 969 niñas y 986 niños en nuestro barrio (1.955 entre niñas y niños menores de 10 años)
Es normal que el Olentzero se encuentre con que las cartas que recibe sean más complejas que las que recibía antes, por decirlo de alguna manera, verá una impronta más urbana en las misivas. Las cartas de los mayores le hablarán de problemas de tráfico, de infraestructuras, de recogida de basuras, de seguridad ciudadana, de necesidades de equipamientos ….En efecto en Aiete ya disfrutamos de Casa de Cultura -¡vaya regalo!-pero está por construir el edificio nuevo de la escuela pública (tiene una parcela reservada por el Ayuntamiento en la plaza de Hiru Damatxo y el Departamento de Educación, se ha comprometido a construirla en el plazo de dos años pero todavía no ha puesto la primera piedra); el ambulatorio tiene el apoyo unánime de la corporación municipal pero el gobierno no inicia sus gestiones con Osakidetza; es necesario resolver las aristas del polideportivo Etxadi; levantar el ascensor y construir el bidegorri que comunique nuestro barrio con el resto de la ciudad. Nos inquieta el estado ruinoso de Munto, no acaba de abordarse la recogida y el destino de las basuras… Son problemas de un barrio nuevo construido en un viejo emplazamiento que el viejo carbonero conoce bien.
Sabemos que el Olentzero dedica su mágica actividad a los niños, pero quizás pueda canalizar estos deseos de la vecindad a quien corresponda, que haga como una ósmosis entre diversas personas interesadas, instituciones diversas, organizaciones, entidades y que se cree un estado de opinión favorable para estas propuestas, por otra parte medidas, cuantificadas y aprobadas en los programas electorales de todos los partidos con representación en el consistorio. Y para ello necesita a Mari Domingi, las mujeres tienen mucha mano izquierda y hacen las cosas con más cuidado y meticulosidad.