La obra «Tríptico de la Guerra», del pintor bilbaíno Aurelio Arteta (1879-1940), es la obra invitada hasta el mes de abril en el Museo Bellas Artes de Bilbao.
Una creación del pintor vasco ilustraba los carteles de las últimas fiesta de Aiete
La obra, pintada en 1937 por Arteta durante su estancia en Biarritz tras huir al exilio en plena Guerra Civil, representa «la crudeza» del conflicto bélico y sus consecuencias en la población civil, con «constantes referencias» al bombardeo que sufrió la villa de Gernika.
El tríptico está formado por tres cuadros (tres óleos sobre lienzo de 161×120 centímetros en sus paneles izquierdo y derechos, mientras que el central tiene un tamaño superior de 178×166 centímetros). Van dispuestos en serie, con los dos cuadros de los lados de un tamaño algo inferior a la pintura central. El lienzo de la izquierda, titulado «El frente», muestra a un joven que empuña un fusil dirigiéndolo hacia un cielo sobrevolado por aviones de guerra, en un paisaje rocoso y oscuro, junto a dos cadáveres de ‘gudaris’ fallecidos.
El de la derecha, también de ambiente apagado y con el nombre de «La retaguardia», ilustra la destrucción y los cadáveres de una imagen y su hijo tras el bombardeo. «Junto al joven del de la izquierda, este cuadro muestra la destrucción de todos los miembros de una familia, terminando con una generación completa»
«ÉXODO»
Por último, la obra central, llamada «Éxodo», describe la marcha de mujeres, ancianos y niños hacia unos buques atracados en el puerto, para dirigirse fuera del alcance de las bombas. De dimensiones algo mayores que los anteriores, presenta una diferente línea argumental, al transcurrir la acción en un día claro y luminoso, sin alusiones directas a la guerra.
«Es una de las grandes obras del «noucentisme», ese movimiento de retorno al orden, una respuestas a las vanguardias». «El primer y el tercer panel están pintados de una manera más sórdida con una luz más oscura, de color hollín, con un cielo totalmente encapotado que corresponde con la tragedia que está narrando» Por el contrario, el cuadro central «discurre en un contexto de mayor normalidad que funciona un paisaje cotidiano y bastante bien iluminado».
VIDA DE ARTETA
Aurelio Arteta vivió la primera etapa de su exilio por la Guerra Civil que le llevaría dos años después a México con su familia, donde moriría en 1940 en un accidente ferroviario. Desde 1931, trabajaba en Madrid, donde en 1933 había sido nombrado profesor interino de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado.
En los años anteriores al inicio de la guerra, Arteta recibió diversos reconocimientos artísticos oficiales y en 1931 fue nombrado miembro del Consejo de Instrucción Pública y vocal de la Junta Superior del Tesoro Artístico, en 1933.
También obtuvo una medalla de primera clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932, la primera organizada por la República francesa, y fue seleccionado para acudir a la Bienal de Venecia en 1934.