Pasear por los jardines del palacio de Aiete, estos días que ha salido el sol y ha explotado la primavera, es una gran gozada. Los árboles, la hierva, el césped tienen ese primer verdor que entra por todos los sentidos y los/las jardineras municipales se han encargado de sembrar plantas que hacen brotar las primeras flores que sorprenden al que va a visitar la casa de cultura que está espléndida. ¡Qué gran maravilla apostar por la cultura! En medio de tantas malas y desmoralizadoras noticias, la gente podemos encontrarnos en esos contenedores de libertad y disfrutar de nuestra condición de seres humanos (con más o menos recursos, pero juntos).