Ayer en la sala grande de la casa de cultura de Aiete, en un aula repleta, a la que hubo que ir sumando sillas, como Harry va añadiendo almas a la suya como juguetonas piezas de ajedrez, tuvimos entre manos, alucinados, casi, como los “hippys” de los sesenta, las aventuras, fantasías, sueños, metáforas, “cuadros musicales”, sentimientos, anhelos y amargura, de Harry, Herminia, María, Pablo-Mozart.
Si para Hermann Hesse (Harry Haller) “la obra de arte para un artista es espuma de felicidad en un mar de sufrimiento”, para los reunidos, cada uno de nosotros con el propio “el lobo estepario” a cuestas, fue el gozo de disfrutar de la explosión literaria que vive en cada línea de la novela de Hermann Hesse.
La presentación de la vida y obra del autor y la disertación sobre “el lobo estepario” a cargo Lola Arrieta, con la colaboración de Fernando Mikelajauregi, y el posterior debate, cada una de las intervenciones, fue de auténtico gozo. Como dijo uno de los asistentes “pocos momentos y pocos eventos tenemos hoy en Donosti como este, como para perderlo, porque llueva un poco” (Y llovía torrencialmente)