Como saben los lectores, en abril del año pasado se formuló una doble pregunta ¿Dónde están los cisnes vástagos de la pareja del estanque de Aiete? y… ¿Dónde está la estatua del perro que ocupaba un lugar central en el jardín? Marcial Otegui nos informó enseguida que los cisnes txikis eran los de la plaza de Gipuzkoa (Aiete no sólo es reserva cultural de Donostia). Pero del perro no supimos nada a pesar de nuestras indagaciones en las más altas instancias de la ciudad. Lo que no sabían las autoridades es que tras la ordenanza de que los txakur pueden andar en los parques, el de toda la vida volvería a sus jardines, a sus palacios. En este caso a la sede de la asociación de vecinos y de jardines de Aiete, el Topaleku, con Marcial y sus amigos. (De paso hemos comprobado que los perros de los jardines del palacio de Aiete tienen un doble)