Se inicia el octavo ciclo de Literatura y cine, decano de esta actividad cultural en Donostia.
En los siete años anteriores hemos asistido a 63 tertulias literarias e igual número de films (en VOS), se han organizado varias sesiones de teatro, de lectura dramatizada, conferencias de diverso tipo, asociadas a los temas que fundamentaban la literatura. En el último trimestre de cada temporada, a la literatura y el cine, se le suman conferencias sobre arquitectura, pintura, escultura, paisaje, historia, preparatorias del viaje de “fin de curso” que tiene como objeto visitar los lugares señalados en novelas, films y mencionadas conferencias. El pasado verano se hizo el recorrido cultural Milán-Estrasburgo.
Varios centenares de personas han participado en estas actividades culturales y se ha creado un clima de confianza y de amistad entre los asitentes.
Desde Aiete se ha querido participar, aportar y disfrutar de las complejas relaciones entre lo fílmico y lo literario, surgidas ya desde la aparición del cinematógrafo y todavía no suficientemente elucidadas. Nos impulsa a ello, entre otras cuestiones, el poder de ambos medios de creación y de comunicación. En consecuencia, novela y cine acercan el arte y ofrecen una gran la facilidad para el debate libre y abierto, en las amplias tertulias que se celbran en el centro cultural de Ayete o en el clásico cine-forum de tantas raíces en nuestra ciudad.
Recién terminado pues el Zinemaldia tendremos oportunidad de seguir disfrutando en Aiete de buenas películas y de buena literatura.
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En 1914 se publicó uno de los primeros textos teóricos sobre el cine, El Manifiesto de las Siete Artes, de Ricciotto Canudo, que ha pasado a la historia del cine como el primer crítico y teórico del cinematógrafo. Canudo acuñó el conocidísimo término Séptimo Arte refiriéndose al cine como una síntesis de las otras seis expresiones artísticas.
A las seis manifestaciones artísticas, Arquitectura, Pintura, Escultura, Música, Danza y Poesía, que responden a la necesidad del hombre de crear una experiencia estética que le procure el goce de la vida, Canudo añade el cine como síntesis de las otras seis. El cine aparecía pues como el vehículo donde se sintetizaban las sistemas artísticos, por contener la plasticidad y el ritmo de todos ellos y por cumplir con la función de comunión social del teatro.
Donosti acaba de vivir una gran semana con nuestro Zinemaldia, auténtico verificador de lo que, en su día, mantuvo y defendió Canudo. Por nuestra parte, continuamos un año más con nuestro empeño de contribuir al disfrute de la Literatura y el Cine, de sus interconexiones y de sus distintos lenguajes.