Represento en este momento a los millones de personas que se han atrevido a rebelarse contra una sistema social cuya propia esencia emana de la guerra, de la violencia, del racismo, de la opresión, de la represión y del empobrecimiento del conjunto de una población
De su discurso en el Premio Nobel 10 de diciembre de 1993
También reivindicarán para sí el legado de colaboración de Mandela quienes braman que no puede haber justicia en la impunidad de los verdugos.
Incluso llamarán a seguir su ejemplo quienes consideran una abyección moral que la Justicia no delimite el abismo que separa a víctimas y verdugos -tal y como se hizo en Suráfrica-.
Pondrán especial hincapié en tratar inopinadamente de ‘Madiba’ a Mandela quienes lamentan que Franco muriera en su cama y olvidan que De Klerk aún duerme cada noche en la suya.
No faltarán al homenaje los jefes de estado de esos países islámicos que tratan a la mitad de su población -las mujeres- como si fueran negros.
Por supuesto, en la despedida al hombre que pasó 27 años en la cárcel y cuatro en el poder estará también el príncipe Felipe, que lleva casi la suma de esas dos cifras esperando acceder a un trono que confía en ocupar de por vida.
Le acompañará Rajoy, el hombre que más hizo en el mundo por erradicar las diferencias entre la contabilidad oficial y el dinero ‘negro’.
Imputados por corrupción que apelan a su condición de aforados Visitarán la celda de Rodden Island, en la esperanza de que sea lo más cerca que vayan a estar jamás de una cárcel.
Bono viaja a Suráfrica con el secreto anhelo de ser a Mandela lo que Elton John a Lady Di.
Si a nuestros padres les propinaban ‘Marcelino, Pan y Vino’, a nosotros nos suminstrarán generosas raciones de ‘Invictus’.
Escucharemos que “Mandela ha muerto, pero su ejemplo sigue vivo” en boca que quienes ni por asomo tienen intención de seguirlo. Hablar de un hombre en términos de ejemplaridad conlleva la renuncia a considerarlo envidiable.
El arte del taxidermista consiste en eviscerar el ejemplar disecable. Así, Mandela se convertirá en un negro encarcelado por el color de su piel, a secas. Las endiabladas relaciones propias de la ‘guerra fría’ y la repercusión que su final tuvo la desaparición del ‘apartheid’ son anécdotasw o directamente anatema.
Pondrán una nota de color musical en el evento las Spice Girls, que a la mínima ocasión que se presente cantarán aquello de “Yo te diré que es lo que quiero, lo que realmente realmente quiero,/ Entonces dime lo que quieres, lo que realmente realmente quieres, /Te diré lo que quiero, lo que realmente realmente quiero,/ Entonces dime lo que quieres, que es lo que realmente realmente quieres / Yo quiero, quiero, quiero, quiero, quiero realmente / Realmente realmente quiero zigzaguear”. Se puede decir más claro, pero no más alto.
Estimado Mariano Rajoy Brey:
He conocido por la prensa que acude usted hoy al funeral de Nelson Mandela en Johannesburgo. He leído además que es un gran admirador de Mandela al que considera un «ejemplo de lucha por la igualdad». Y he subrayado un artículo de prensa que escribió usted el pasado fin de semana en el que afirma que Mandela es «una guía inigualable para asumir los desafíos que todos tenemos por delante». Permítame decirle que no se le nota mucho (lo de que Mandela sea una guía para los desafíos que, en este caso, usted tiene por delante), por lo que me ofrezco de forma desinteresada a acercarle la figura de Mandela a través de algunas de sus frases más conocidas, y a ver si se le pega algo. Con todo el respeto del mundo y tal.
1. «La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia».
Señor presidente del Gobierno, según Eurostat más de trece millones de españoles viven amenazados por la pobreza o la exclusión. Somos el cuarto país de la Unión Europea con más personas en riesgo de quedarse sin nada. El último informe del Observatorio de la Realidad Social que elabora Cáritas revela que en España hay ya tres millones de personas que viven con menos de 307 euros al mes, el doble de ciudadanos que antes del comienzo de la crisis.
Señor presidente del Gobierno, estamos pasando de ser un país en el que el Banco de Alimentos se encargaba de atender los casos a los que no llegaba el Estado, a ser un país en el que el Estado se encarga de los casos a los que no llega el Banco de Alimentos. La caridad está bien, y estoy seguro de que usted deja unas monedillas en el cepillo cuando va a misa, pero pagamos impuestos para que usted resuelva este problema, o al menos lo reduzca. Eso sería un acto de justicia.
2. «No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños».
Señor presidente del Gobierno, algunos datos más. Según el mismo informe de Cáritas, la pobreza infantil afecta a un 26,7% de la población de menos de 16 años, tres puntos más que en 2007. El incremento en España ha sido el triple que el registrado en la Unión Europea. Como los datos son fríos, le contaré una historia. El pasado 25 de septiembre, la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid (PP), con la inestimable ayuda de treinta furgones policiales, desahució a Isabel y Benigno, y a su hija de 8 años. Durante trece días estuvieron viviendo en la calle, tirados en colchones frente a la puerta de su casa (la niña de 8 años también). Afortunadamente una pareja de jubilados y activistas de la PAH les ha conseguido una casa en Toledo. Le puedo contar también la historia de Shakira, una niña de 7 años que murió de cáncer. Durante su enfermedad fue desalojada por el Ayuntamiento de Madrid (PP) y pasó dos meses en la calle, con un tumor cerebral, durmiendo en una furgoneta.
3. «La acción de las masas tiene la capacidad de derrocar gobiernos».
Señor presidente del Gobierno, intuyo que usted conoce esta frase, aunque permítame que le aclare que Mandela tenía en mente a un pueblo oprimido que se enfrenta a un Gobierno autoritario y, sin embargo, usted está pendiente de que no le den el finiquito. Por supuesto, no estoy hablando de la toma del Palacio de Invierno, ni mucho menos, sino de la fuerza de los votos y de la legitimidad social que han adquirido los movimientos que se enfrentan a algunas de sus medidas más duras. ¿A qué obedece si no la Ley de Seguridad Ciudadana que pretende amordazar, a golpe de talonario, las protestas en España? ¿Por qué este ensañamiento legislativo si no es por el miedo que tiene usted a perder el poder? Señor presidente del Gobierno, la represión es como la dieta Dukan, a corto plazo da resultados pero con el paso del tiempo es un desastre que se volverá en su contra. Y no lo digo yo. Lo dicen Mandela y los nutricionistas serios.
4. «Es el deber de los periodistas examinar la conducta de las figuras públicas y exponerla a la luz. Una prensa crítica, independiente y de investigación es el elemento vital de cualquier democracia».
Señor presidente del Gobierno, usted ha conseguido algo que nadie había logrado hasta ahora, que Ana Blanco proteste por el tratamiento de una información en el Telediario. ¿Por qué se ha cargado la televisión pública menos manipulada que ha tenido este país? ¿Y lo de Canal 9? ¿Y Telemadrid? Son preguntas retóricas, no es necesario que conteste. Señor presidente del Gobierno, el plasma no le protegerá de la prensa. Todavía quedan unos cuantos periodistas decentes en este país y seguirán dando guerra, gobierne quien gobierne y sea cual sea el número de pulgadas de la tele de plasma.
5. «Todos sabemos cuan tenazmente puede el racismo aferrarse a la mente y hasta qué punto puede infectar el alma humana. Allá donde se sostiene en disposiciones raciales en el orden social y material, esa terquedad puede multiplicarse por cien».
Señor presidente del Gobierno, no quiero utilizar la palabra apartheid en vano. Casi nada es comparable con el racismo institucionalizado que gobernó en Sudáfrica durante décadas, pero si algo se le acerca en España es su decisión de retirar la cobertura sanitaria a casi 900.000 inmigrantes. Esto ya se lo comenté en su día a Felipe de Borbón y Grecia pero no me hizo mucho caso. Por supuesto, las cuchillas en la valla de Melilla son muy de Mandela.
6. “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada”.
Señor presidente del Gobierno, si hubiera una competición de las naciones que compadrean con los poderosos, jugaríamos todas las finales: amnistías fiscales, agencias tributarias a medida, las SICAV de rositas, indultos, fiscales-mayordomos… Y con los débiles tampoco se corta usted: recortes en prestaciones sociales, pensiones, copago en medicamentos contra el cáncer, menos becas… Señor presidente del Gobierno, usted es débil con los fuertes y fuerte con los débiles.
7. «La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo».
Señor presidente del gobierno, sobre esta frase de Mandela sólo tengo una pregunta que hacerle: ¿cuándo va a destituir a José Ignacio Wert?
Atentamente, un contribuyente que le paga el sueldo todos los meses.
Por Iker Armentia