De la dimisión de Sandro Rosell llama la atención, en primer lugar, que prefiera renunciar antes que explicar a los socios del Barcelona cuánto costó Neymar. Pero esa no es la única consecuencia, porque también pone de relieve la deplorable opacidad en que se mueve este tipo de operaciones, con desviaciones (comisiones, sobrecostes) que pueden exceder del precio del fichaje. El juez Pablo Ruz investiga si hubo o no “distracción” o administración desleal respecto a una operación cifrada por Rosell en 57,1 millones, mientras el querellante que ha provocado la intervención de la Audiencia Nacional la eleva a 94,4 millones. (15.716.278.000 pts). Con este dinero se pueden pagar todos los gastos de personal del ayuntamiento de San Sebastián durante un año y aún sobrarían 20 millones de euros.
La falta de transparencia en el fútbol es un hecho incontrovertible. Algunos hablan de la burbuja del fútbol pero esa metáfota rutinaria, esconde otra realidad: la corrupción en el fútbol.
Esta mañana en la cadena Ser se debatían dos fórmulas para calificar el comportamiento de los presidentes de los clubs profesionales: comportamiento de coto cerrado o comporamiento mafioso, ante el hecho de que la mayoría dichos presidentes apoyan una petición de indulto para uno de los suyos, José María del Nido, condenado por el Tribunal Supremo a causa de un delito continuado de malversación de fondos.
Otra vez, el indulto, la fórmula sacrosanta para que los delicuentes poderosos, salten por encima de la ley y de la cárcel ¡Qué vergüenza! ¡Qué desfachatez!
Menos mal que al menos no firman esta petición Jokin Apirribay, de la Real; Josu Urrutia, del Athletic o Javier Archanco, de Osasuna. Quizás el escándalo obligue a los demás a retirarse de esta demanda.
La especulación del mundo del capital no tiene topes. Destrozan la sanidad para fomentar los hospitales o las consultas privados; axfisian la educación para separar a los niños pobres de los ricos, y, en este caso, se aprovechan de la afición de muchas personas por el fútbol para generar unas beneficios astronómicos en sus cuentas particulares. La burbuja -el negocio (redondo)- está explotando y la urgencia es ya extrema: hay que forzar la transparencia del mundo del fútbol, empezando por su dimensión en la especulación urbanística, poner coto a la explotación televisiva de la Liga y, especialmente, investigar quién mueve las grandes contrataciones en el fútbol, en las que intervienen múltiples personas al calor del dinero fácil. Ya se vio con la inspección tributaria a Leo Messi, que proyectó un poco de luz sobre la enmarañada ingeniería fiscal en torno a los jugadores. Todo ello supone un menoscabo de los derechos de los socios y un perjuicio para el conjunto de la sociedad, a la que se viene acostumbrando a que considere naturales las fabulosas remuneraciones de las estrellas, por elevadas que sean las deudas de la Liga.
El negocio local del fútbol
El Real Madrid pagó por el centrocampista de la Real Sociedad un montante de casi 39 millones de euros, concretamente 38.949.900 euros, 6.484.613.051 en pts, casi 6.500 millones de pts, que ha ingresó el conjunto donostiarra por el traspaso de un chaval de la cantera.
¿Qué quiere hacer Jokin Aperribay con ese dinero?
Remodelar el estadio de Anoeta (que parece ser cuenta con el visto bueno del ayuntamiento.
El proyecto incluye la eliminación de las pistas de atletismo, el incremento del aforo y la construcción de cuatro torres para dependencias públicas y privadas.
¿Ya nos hemos olvidado de cuando la Real estaba en el pozo?
Aperribay sabe que a este descomunal proyecto sólo se presentará la actual junta directiva de la Real en el actual contexto de crisis ¿Fútbol, hacienda, dinero público, ladrillo, traspasos de futbolistas a precios desorbitados, derechos televisivos? Menudo cóctel.
La pasión del fútbol: suprimimos las pistas ¿?, acercamos el espectáculo pero a cambio hacemos un negocio (privado) redondo
Gorka Agirre Agiriano
Es el salario anual de 4.339 personas que cobraran el mínimo, o la media de la renta de garantía de ingresos.
El traspaso de Illarra equivale a 389.499 entradas, (media 100 euros) teniendo en cuenta que el aforo de Anoeta es de 32.000 localidades, en el supuesto de que pagaran todos, da para 12 llenazos del campo.
Gerardo
Por cada entrada de fútbol, 18 entradas de cine (sin aumento del IVA gracias a la SADE)
Se os olvida que la fuente principal de ingresos del «furbol» es la tele y la cantidad de embobados que la miran sin pestañear (negocio también para la hostelería: ¿algo que ver con la vicepresidencia de la Real?)
La deuda con Hacienda que acumulan entre todos los equipos de primera y segunda división suma 596 millones de euros, el equivalente a 33 años del actual presupuesto del Gobierno para las becas Erasmus
Y a Ronaldo. Y a Messi. Y a Bale. Aunque no vayas al campo, aunque cambies de canal cuando aparece un balón. Una parte del sueldo que gana Neymar sale de tu bolsillo, querido contribuyente. Y también pagas a sus representantes, entrenadores, intermediarios y demás fauna y flora del fútbol español, un espectáculo que para lo que quiere es un negocio privado y, para lo que no, un sector público protegido por el vaporoso concepto del «interés general». No hablo solo del fichaje de Neymar y ese posible fraude fiscal que investiga la Audiencia Nacional. También del dinero público que las distintas administraciones han regalado a este deporte en el que tan caro nos sale ser potencia mundial. Algunos números. La deuda con Hacienda que acumulan entre todos los equipos de primera y segunda división suma 596 millones de euros. Por comparar, es el equivalente a 33 años del actual presupuesto del Gobierno para las becas Erasmus, o lo que gasta en diez años el CNIO, el puntero centro de investigación español contra el cáncer, que está pasando por un ERE. O el doble de lo que cobran durante un año los 15.000 investigadores y científicos contratados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC. Solo con lo que debe a Hacienda el fútbol también se pagarían 12 años de las cuestionadas ayudas al cine español. Faltan fondos públicos, pero no para el balón. La Comisión Europea ha abierto una investigación a España por desviar dinero de los contribuyentes a los equipos más importantes del país. Europa cuestiona por qué el Estado permite que clubs como el Barcelona o el Real Madrid no sean sociedades anónimas deportivas, como manda la ley. No es irrelevante, porque implica ventajas fiscales: ahora pagan el 25% en impuestos, en vez del 30% que tendrían que pagar. Europa también investiga el pelotazo urbanístico que dio el Real Madrid con la permuta de un suelo que el ayuntamiento valoró en 22,7 millones cuando antes estaba tasado en poco más de medio millón. La UE también pregunta por Valencia, la zona cero del desastre español, donde los clubs de fútbol son entidades sistémicas, demasiado grandes para caer, y han sido rescatados por la arruinada Generalitat Valenciana.
Ignacio Escolar