El ambulatorio, empantanado; el ascensor, atascado; la rehabilitación del Bosque de Miramón, detenida; la construcción de la plaza de Munto, paralizada.
El gobierno municipal hace de la participación ciudadana el frontispicio de su política, pero mucha gente piensa que es sólo fachada, es decir, apariencia, imagen electoral.
La ciudad, el barrio, es el espacio público. Si hubiera, de verdad, compromiso con la gente, se asumiría que las diversa formas de manifestación ciudadana pueden facilitar y orientar las políticas públicas.
En este cuatro casos de equipamientos públicos concurren, además, tres cinrcunstancias:
Disfrutan del apoyo de la vecindad de Aiete y se beneficia la ciudad en su conjunto
Tienen el apoyo de todos los grupos políticos, del gobierno y del pleno municipal, y de las instituciones supra o extra municipales…
Ellas son quienes cargan con los costos de los cuatro proyectos (incluido el ascensor, si se gestionara correctamente; o la plaza de Munto, si la antigua propiedad acarreara con el gasto, como así se dijo en su día).
Es como si la vecindad importara un bledo, un comino, un pimiento, un huevo, un pito, pero no, si no nos quedamos ni estupefactos, ni parados.
Tenemos más fuerza porque tenemos más necesidad.
Hace tiempo que la gestión poltica ha perdido su esencia de defensa del interés público, como mucho defiende los interes de su clase, lease de su grupo; pero las más de las veces la organización política es una secta de amigos y familiares. (Ver los nombres de los cargos, si se tiene dudas)
Los objetivos están bien señalados, son muy concretos, ahora es cuestión de tiempo porque razón no nos falta
La política como organización de la voluntad de un pueblo, clase, sector, grupo, como labor colectiva, es también necesaria