Rojo festivo, rojo pasión, rojo fuego

san vEste año he decidido celebrar San Valentín, pasar olímpicamente de todas las voces que vituperan al santo vistiéndolo de mercantilismo, y llenar el día de hoy, catorce de Febrero, de mucho amor de chocolate en forma de corazón. Y lo voy a celebrar por llevar la contraria, que es práctica que me rejuvenece el alma.

Para todo aquel que no lo sepa, informaré de que San Valentín fue eliminado del calendario eclesiástico en el año 1969 de nuestra era por considerársele la santidad producto de la tradición popular y no de un reconocimiento por parte de la iglesia católica. (Ahora resulta que el Papa Francisco ha tenido la misma idea que yo; otro al que le gusta llevar la contraria…)

El caso es que me apetece muchísimo celebrar el amor, digo el AMOR, aunque sea por fecha interpuesta, y decirles a todos los que proclaman que cualquier día del calendario es bueno para expresar dicho sentimiento, que somos muy libres de marcar en rojo el 14 de Febrero. Rojo festivo, rojo pasión, rojo fuego, la gama completa que pinta, tiñe, maquilla, decora y adorna el sentimiento por antonomasia.

Ahora viene el listillo de turno que me recordará que no tengo pareja, pero… ¿y qué importa eso? ¿Acaso no la he tenido en el pasado? ¿Acaso no la volveré a tener en el futuro? Además, proclamo bien alto (o negro sobre blanco) aquí mismo que tengo amor suficiente para compartir, es decir, que no ando pidiendo sino ofreciendo que es una sutileza semántica que poca gente tiene en cuenta a la hora de hablar de AMOR.

A lo que iba. He estado bastante enamorada a lo largo de mi vida, es decir, que lo de las mariposas en el estómago me lo conozco muy bien; tanto, que al final tenía que tomar Almax… Bromas aparte, he disfrutado muchísimo de los enamoramientos, de esas semanas o meses (lo de años ya son palabras mayores) en las que me descubría pensando continuamente en el hombre que se me antojaba el “alquimista” perfecto para alambicar mis alambiques, un tiempo en el que las caricias pasaban de la piel a la imaginación preñándolo todo de buen humor y mejores humores.

También recuerdo que mis amores disfrutaban conmigo de cualquier excusa para celebrar el amor que nos embargaba (luego vinieron los embargos de verdad) y no pasó día de San Valentín sin que nos ofreciéramos un pequeño presente representativo de nuestras turbaciones hormonales. Por cierto que la palabra “presente”, significa también “regalo”, un discreto y acertado juego de palabras que me suele gustar recalcar cuando tengo ocasión de hacerlo en un eventual tête à tête…

Otra de las razones que me revientan de los que dicen que celebrar el día de San Valentín es una tontería elevada a la enésima potencia, es el haber constatado –sí, constatado- que casi siempre lo hacen por dos motivos, a saber: o bien porque son unos tacaños o porque no están enamorados de su pareja. Lo de ir en contra del consumismo y tal que lo digan en navidades…o callen para siempre.

Así que hoy mismo ando ya de celebración. Para empezar, escribo este post para felicitar a aquellos hombres con los que compartí las mieles del enamoramiento en alguna ocasión; no les he olvidado, ni quiero olvidarles, ni mucho menos echar al contenedor de lo perdido todo lo hermoso que compartimos una vez. L. fue el primero y yo la primera para él, así que fuimos afortunados. Después vino S. y me llenó el corazón de flores; dos hijas me dieron y dos hijas siguen vivas en mi corazón. Al tiempo me enamoré de C. y también fui muy feliz antes de dejar de serlo. Y ya en la edad madura me llenó de amor J. y no sé si supe agradecérselo como se merecía.

Otros amores ha habido que no convirtieron las crisálidas en mariposas. Otros sueños se convirtieron en pesadillas o, simplemente, murieron antes de nacer. Todo lo doy por bueno, todo ello me ha hecho feliz y ahora, hoy mismo, me siento afortunada por este “presente” que no ampara bajo su manto más que paz, tranquilidad y cariño: lo que se llama vulgarmente amor por la vida…

¿Por qué no decirles hoy “te quiero” a las personas que hacen latir nuestro corazón? ¿Qué pudor nos impide ofrecerles un pequeño regalito de San Valentín aunque sea en palabras o un gesto cariñoso?

¿Por qué no comprar una flor, una planta, un libro, un detalle y sonreirles como un niño que es feliz haciendo un regalo a quien ama?

Y los que seguimos enamorados de la vida…disfrutemos hoy también de nuestro día. Nos lo merecemos.

¡Ay, dime que me quieres!

2014 FEBRERO 14  por Cecilia Casado

 

1 comentario en “Rojo festivo, rojo pasión, rojo fuego”

  1. La química del amor. El verano del amor. El amor único, el amor irrepetible, el amor enloquecido, el amor sereno, el amor maduro, el amor constante. El amor en primavera, el amor exaltado, las múltiples e impredecibles maneras de expresar el amor.

    Si lo repites lo suficiente se te llenará la boca de algo dulce. Amor. Amor tranquilo, amor bonito, amor total. Amor, amor, amor.

    Si lo repites lo suficiente puede llegar a pasarte como esas imágenes en 3D, hay quien ve el dinosaurio que se acerca hacia ti, hay quien ve puntitos, hay quien pierde la noción de lo que está viendo, y la palabra dejará de cobrar sentido para ser cuatro letras que se juntan y se estiran y, como cuando eres pequeño y giras sobre ti mismo te mareas y te caes, muerto de risa. Amor

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