Después de años de trabajo de cientos de personas, asociadas al sentir de la mayoría de los usuarios del Parque, en un ejercicio de pública actividad, seguido por la ciudadanía donostiarra que manifestaba su interés, con el apoyo moral y la presencia física de las dos instituciones, Parque Tecnológico y Ayuntamiento, contando con su opinión, consejo, asesoramiento y derecho de veto, cuando la obra está terminada y el proyecto es lo que mejor le puede pasar al parque y a la ciudad, se toma la chocante, insólita, misteriosa, sorprendente, asombrosa, inesperada, incongruente, incomprensible,… decisión, de suspender la reunión y, en consecuencia, no se aprueba el proyecto definitivo de ejecución de obra, después de una gestión tan participativa, como laboriosa.
Lantxabe envía una carta al Presidente de la Red de Parques y al Concejal Delegado de Urbanismo.