Los motivos han sido diversos: una ruptura matrimonial, un problema de salud mental, la pérdida de vivienda, consumo de sustancias, falta de recursos económicos y sociales. Son personas desvalidas que vivían invisibles y ahora no se esconden. Satur (Bitartean), Iosu, Manolo, Jesús, Nerea, María…; todos ellos entre 30 y 45 años; el 13 % mujeres; 43 % extranjeros, 38 % guipuzcoanos; casi la mitad no cuentan con ingresos económicos.
Para estos colectivos, los más marginados, la crisis no ha supuesto ninguna novedad en su vida. Personas marcadas por la desgracia, solas, aisladas sin lazos familiares, ni personales, con salud precaria. Su ingreso en estos centros asistenciales ha supuesto, en primer lugar, recuperar la salud y la autoestima.
Desde Lantxabe, una asociación de vecinos de Ayete, queremos agradecer el trabajo del centro Munto de la Fundación de Emaús; Nerea Kortajerena, Arantza Suberbiola, Edorta Mendiola…. ¡Gracias! ¡Mila esker!
Es necesario recordar, sin rencor, ni revancha, como recibieron algunos vecinos de Aiete a estas personas que nos presentan ahora tan bonita y creativa exposición.
Si vemos crecer el barrio con polideportivo, centro cultural, escuela pública…A este centro deberíamos ponerle como otro de los equipamientos básicos conseguidos en Aiete.
Estas personas marcadas por la desgracia, solas, aisladas sin lazos familiares, ni personales y con salud precaria, han logrado recuperar la salud y la autoestima y ofrecernos actividades tan creativas como las que se exponen en la Casa de Cultura.
Casi eran invisibles, ahora sabemos a qué se dedican