Esta tarde la plaza Otxanda (Munto) ha sido el recinto festivo más feliz de Aiete y, tal vez, de la ciudad.
Desde las cuatro y media han empezado a llegar los más pequeños para, de la mano, de los voluntariosos y divertidos monitores del haurtxoko y el gazteleku del centro cultural, dedicarse a su Puxika tailerra y a la Gynkana.
A las cinco y media han tenido la Piñata
A la piñata hemos jugado todos. Es una olla de barro que en su interior contiene frutas, dulces u otros premios y que se cuelga de una cuerda para ser rota con un palo o garrote por una chica o chico, con los ojos cerrados, y que al romperse libera su contenido sobre los participantes en el juego.
A las seis y media en punto ha llegado el momento esperado. La fiesta de la espuma.
Para que la fiesta fuera completa hemos tenido dos momentos de incertidumbre. La máquina de la espuma no echaba a arrancar y, cuando lo ha hecho, ha empezado a llover, primero en forma de gordas gotas y, después, de pequeña tormenta, que no ha disuadido ni los niños, ni a los menos niños, ni a las amás y aitás, que se divierten tanto como sus criaturas. El comentario general entre ellos es que, el año que viene, el centro cultural debiera organizar una fiesta de la espuma para los adultos. Los niños y menos niños, con múltiplos modelos de bañador, zapatillas, gafas, etc no han dudado en darse un ‘chapuzón blanco’ alternando con el chorro de agua y en los primeros momentos de lluvia, durante una hora y media. Todos hemos disfrutado de lo lindo en esta fiesta de la espuma. Es la fiesta más refrescante, con montañas de espuma, y todos los participantes sumergidos en ella.
The Joselontxo´s han irrumpido en la plaza a las siete en punto y han puesto la marcha requerida y la gente en la plaza, ha terminado bailando al ritmo de la mejor música de txaranga, que se puede escuchar hoy en Donostia.